El dolor es inevitable. Independientemente de lo en forma que estés, habrá un momento en el que sentirás que no puedes continuar. Como si una repetición más fuera imposible. Y aquí es cuando la mayoría abandona. El 99% abandona. Escuchan a su mente en vez de retarla. Esta es tu oportunidad. Forma parte del 1% que no lo hace. Uno de los pocos que avanzan y superan el dolor. Lo llevas dentro. Lo conseguirás así:
Elige una consigna
Siempre hay un motivo para que la gente cambie. Para que trabaje duro para algo. ¿Estás intentando demostrarle a alguien que se equivoca? ¿Deseas mejorar tu vida? ¿Conseguir un objetivo? Recuerda este motivo. Cuando el dolor sea demasiado, repítetelo a ti mismo. Una y otra vez. Aun mejor, grítatelo. “Puedo hacerlo”, “no abandonaré”, “voy a demostrarles que están equivocados”. ¿A quién le importa si parece una locura? Funciona. Engaña a tu cerebro para que se lo crea.
Recuerda: no eres el único
La próxima vez que pienses que es insoportable, recuerda que no eres el único. Sientes el mismo dolor que otros. Incluso atletas profesionales. Ellos continúan. ¿Por qué no ibas a hacerlo tú? Ellos no son súper héroes. Simplemente han descubierto la forma de resistir. Sí, por supuesto que esto lleva su tiempo. Pero cuanto más entrenes, mayor será tu tolerancia. Así que continúa. La próxima vez será más fácil.
Ve minuto a minuto
Freeletics es diferente a cualquier deporte de equipo. Al contrario que el fútbol o el baloncesto, hay menos distracciones que hacen que el tiempo pase más deprisa. Estás solo tú, tus pensamientos y el Coach. Por este motivo, debes concentrarte únicamente en superar el minuto que tienes por delante. Y una vez que haya pasado, concéntrate en superarlo una vez más. Y otra más. Y otra más. Cada minuto que pasa te acerca un minuto al final.
Concéntrate en cualquier cosa menos en el dolor
Cuanto más lo pienses, peor será. Hazte un favor a ti mismo: dedica tu atención a cualquier otra cosa. Tu forma física. Tu respiración. Tu ritmo. La música. Una de las mejores distracciones es otro Atleta. Un compañero de entrenamiento. Cuando te estás enfrentando a alguien, tanto si ese alguien es consciente como si no, todos los pensamientos de dolor salen por la ventana. Lo único en lo que podrás pensar será en que no vas a dejarle vencerte por todo el oro del mundo.
El dolor es pasajero. No va a durar para siempre. No puedes evitarlo, pero puedes elegir superarlo. Ahora te toca a ti. ¿Abandonar o darlo todo?