No es un secreto que vivimos en una era cada vez más centrada en la salud. Eliminar un determinado grupo de alimentos, al principio, puede ayudarte a perder peso y a obtener los resultados que buscas, pero, a menudo, la dedicación a comer “bien” puede hacer que tu dieta sea demasiado exclusiva y cruces la línea de conducta hacia hábitos poco saludables. Pero, ¿cómo distingues una “buena” dieta de una “mala”? Para empezar, los ataques de hambre constantes no son la única señal que indica que te acercas a territorio pantanoso. A continuación te mostramos 7 señales de advertencia inconfundibles que te indican que tu dieta es demasiado extrema.
Te quedas dormido a la hora del almuerzo
Si tienes poca energía y estás constantemente con la taza de café en la mano o apenas puedes mantener los ojos abiertos para poder trabajar, esto podría ser una señal de que no estás comiendo lo suficiente o que tu dieta no te proporciona los nutrientes adecuados. El consumo excesivo de calorías por día no solo hace que seas más lento y disminuye tus niveles de concentración, sino que también te impedirá tener energía para incorporar otros hábitos saludables en tu día, como el ejercicio. Los niveles bajos de energía son especialmente frecuentes entre aquellos cuyas dietas son demasiado bajas en hidratos de carbono, hierro o fibra.
Tienes constantes cambios de humor
Todos conocemos los peligros de tener hambre. Pero si, por el momento, tu apetito está bajo control, restringir las calorías durante un largo periodo de tiempo puede afectar a las sustancias químicas del cerebro, que te hará sentir deprimido o ansioso, o incluso desencadenar las ansias de comer. Comer con regularidad y de forma nutritiva mantendrá tus niveles de azúcar en sangre y de serotonina bajo control. Por lo tanto, si has observado que cada vez te irritas más con tus amigos y con tu familia, recuerda que puede deberse a ese desayuno o almuerzo que te has saltado para perder peso.
No puedes dormir
Todos sabemos que deberíamos evitar a toda costa esos snacks tarde por la noche, pero esto no significa que tengas que ir a la cama con el estómago vacío. Puede que pienses que los rugidos de tu estómago son los que te mantienen despierto, pero en realidad, el hambre hace que el cerebro esté más activo y en alerta, por lo que tendrás más dificultades para conciliar el sueño. Lo peor de todo es que cuando no duermes lo suficiente, el metabolismo se ralentiza y aumentan los niveles de la hormona Ghrelina, que está encargada de estimular el apetito y hace que te despiertes y comas más. Nuestro consejo: come una cena saludable y equilibrada que te satisfaga sin excederte entre 2-3 horas antes de ir a la cama.
Siempre tienes hambre
Noticia de última hora: si tienes hambre constantemente, tu dieta no está funcionando para ti. Puede ser tentador restringir las calorías para ver resultados rápidos, la verdad es que si reduces demasiadas calorías, acabarás comiendo en exceso más tarde.
No paras de pensar en la comida
¿Llevas un seguimiento constante de la cantidad de calorías que consumes o dedicas mucho tiempo a planificar tu próxima comida? Esto podría ser una señal de que estás obsesionado. Llevar a cabo una dieta debería concienciarte más de lo que comes, pero no debería ser algo a lo que le tengas que dedicar mucha energía mental.
Te has quitado un grupo completo de alimentos
Piensas que el hecho de quitarte una categoría completa de alimentos podría ayudarte a alcanzar tus objetivos de pérdida de peso, y es comprensible. Está claro que al principio perderás peso, pero cada grupo de alimentos tiene un propósito diferente, por lo que es importante mantener una dieta equilibrada. Cuando eliminas algunos grupos de alimentos, estás también abandonando nutrientes esenciales, como los hidratos de carbono complejos para obtener energía y las vitaminas B para mantener tu estado de ánimo bajo control. Sin estos alimentos, tu salud, en general, sufre.
Ha afectado a tu vida social
Un plan saludable para perder peso es algo duradero y que puedes seguir en cualquier circunstancia, da igual que estés en casa o en el restaurante. Evitar las actividades sociales que implican salir a comer puede indicar que tu dieta es demasiado extrema. Si tu dieta es tan restrictiva que no puedes disfrutar de vez en cuando o encontrar algo en el menú, va a ser difícil mantenerla durante mucho tiempo y lo más probable es que al final fracases.
La alimentación restrictiva no es duradera. Y no se hable más. En lugar de eliminar los grupos de alimentos y contar las calorías, céntrate en tomarte el tiempo para saber lo que tu cuerpo necesita a largo plazo. Puede parecer difícil de creer, pero es posible conseguir un equilibrio. Solo necesitas trabajar para conseguirlo. Un estilo de vida duradero y sostenible es agradable.