Tanto si eres un principiante como un atleta experimentado, es fundamental que escuches a tu cuerpo. Aquí tienes seis cosas a las que deberías prestar atención:
Tienes un dolor muscular que no desaparece
Podría ser una lesión. No te lo tomes a la ligera; muchas lesiones comienzan siendo pequeñas y solo se vuelven graves cuando las ignoramos. Tómate un día o dos para evaluar la lesión y dejar que se recupere. La forma de proceder con el entrenamiento dependerá de la lesión, pero recuerda no excederte: ¡no podrás obtener ningún beneficio del entrenamiento desde el hospital!
Pierdes energía en la mitad de un workout
No estás alimentándote correctamente. Deberías apuntar a consumir una comida balanceada con hidratos de carbono y proteínas 2-3 horas antes de entrenar y un pequeño snack 30-60 minutos antes para asegurarte de que tus niveles de energía se mantengan altos.
Siempre estás dolorido
Estás sobreentrenando. Por lo general, el cuerpo necesita 24-48 horas para recuperarse de un entrenamiento intenso, pero si sigues dolorido, podría deberse al dolor muscular de aparición tardía o DOMS. ¿Cuál es la solución? El dolor es la forma en que tu cuerpo te dice que necesitas descansar y recuperarte. Tu rendimiento no será óptimo si tu cuerpo no está a la altura. No hay una solución rápida, solo tienes que descansar.
Has dejado de mejorar y estás perdiendo motivación
Te has estancado en tu entrenamiento. Para evitar esto, es importante cambiar el plan de entrenamiento de manera constante y estratégica. Es un enfoque holístico que consiste en añadir variedad al tipo de entrenamiento y los niveles de intensidad. La idea es sacar a tu cuerpo de su zona de confort para que tenga que adaptarse a nuevos desafíos. Para acelerar tu desarrollo, intenta dividir el año en 3 o 4 Training Journeys o bloques, cada uno con un enfoque ligeramente diferente y divididos en fases. Esto añade variedad a tus workouts en términos de volumen e intensidad y te aporta numerosos beneficios. La mayor recompensa es que desencadena el desarrollo al darle al cuerpo un nuevo conjunto de estímulos (por ejemplo, movimiento y resistencia) para reaccionar. Si se realiza correctamente, el entrenamiento en ciclos también favorece la recuperación para que puedas evitar el SSE (síndrome de sobreentrenamiento) y las lesiones. Por último, te permite predecir y medir tu progreso: establece tus objetivos y podrás observar los resultados.
Tu sudor es blanco y demasiado salado
Estás deshidratado. Algunas personas necesitan beber más que otras durante el ejercicio. Si no bebes lo suficiente, tu cuerpo no tendrá líquido para producir suficiente sudor, por lo que tu sudor tendrá una mayor concentración de sal de lo habitual. Asegúrate de beber suficiente agua, pero no demasiada, ya que esto también puede tener efectos negativos.
Tu frecuencia cardíaca en reposo es más alta de lo normal
Necesitas un día de descanso. El cuerpo requiere más oxígeno en sangre cuando los músculos están desgarrados y necesitan recuperarse. Y más oxígeno significa que la sangre debe bombearse más rápido, lo que provoca un aumento de la frecuencia cardíaca.
Resumanos
Nuestros cuerpos están constantemente diciéndonos cosas y es importante que las escuchemos. Las lesiones, las enfermedades y los estancamientos son más fáciles de evitar si prestamos atención a las señales del cuerpo y actuamos en consecuencia.