La práctica es totalmente sincera, implica fracaso y te dejará frustrado y molesto y, en alguna ocasión, te dejará desmoralizado. Pero, aunque no lo quieras admitir, todo el mundo sabe que la práctica lleva a la perfección. Y después de años sin apreciar su importancia, por fin es hora de escuchar a lo que nuestros profesores y padres predicaron durante tanto tiempo, porque ¡estaban en lo correcto!
Tu pasión por una mejora y un crecimiento continuo empieza aquí. Descubre cómo cambiar tu visión de la “práctica” y finalmente empezar a usarla como una herramienta para conseguir el éxito.
Paso 1: ofrece un objetivo a la práctica
¿Piensas que la práctica es una pérdida de tiempo sin sentido? Como con todo, solo es un sin sentido si no tienes algún objetivo. #duh. Cada vez que saltas al lugar de entrenamiento, tienes que tener alguna razón para estar ahí. Lo que no se da cuenta la mayoría de las personas es que la práctica puede tener también un objetivo. Por ejemplo, ser capaz de alcanzar un nuevo estiramiento, hacer un Pushup más perfecto que el día anterior, o descubrir un grupo de músculos débiles que tienes que fortalecer. Fijar un objetivo es la única manera de evitar la sensación de estar perdiendo el tiempo y, en su lugar, abandonar el lugar de entrenamiento sabiendo que has trabajado en algo.
Paso 2: aprende cómo y qué practicar
No se trata solo de cada cuánto practicas, sino también de qué y cómo practicas. La técnica es lo primero con lo que empiezas, porque es fundamental para cada ejercicio, ya sea entrenamiento de resistencia, Bodyweight o incluso Running. No te centres en la velocidad, sino solo en la ejecución correcta. Los malos hábitos pueden causar lesiones agudas y crónicas. Incluso si no lo sientes cuando estás realizando el ejercicio, después de realizar durante algún tiempo la ejecución incorrecta, esta puede tener graves consecuencias en el cuerpo. Realizar ejercicios de manera incorrecta pone tensión en otras partes del cuerpo y elimina la tensión de otros músculos que deberían ser el objetivo para trabajar. Por lo tanto, el entrenamiento es menos efectivo o incluso contraproducente y doloroso. Al hacer los músculos “fuertes” de manera incorrecta, estás haciendo que tu cuerpo sea más débil y vulnerable. Así que lo mejor es tomarse con calma las repeticiones y centrarse primero en la técnica.
Paso 3: habla el lenguaje corporal
Con la práctica, es importante que te permitas a ti mismo aprender durante el proceso. Esto solo puede llevarse a cabo escuchando tu cuerpo y prestando atención a cómo reaccionas a ciertos movimientos. Durante el entrenamiento técnico debes olvidar el ruido de fondo y centrarte solo en tu movimiento. Intenta averiguar cosas como, qué músculo es más débil y necesita fortalecerse. O, ¿necesito mejorar el equilibrio, la flexibilidad y las habilidades de coordinación? Hay que centrarse en un ejercicio que con el tiempo enseña al cerebro a utilizar los músculos y las habilidades correctas y las adapta para conseguir el movimiento deseado. Esta comunicación entre la mente y el cuerpo nunca sucede en la primera vez. Por eso necesitas practicar.
La práctica es el paso que te conduce de forma segura del fracaso al éxito. Así que fija un objetivo, aprende el qué y cómo, y escucha las fortalezas y las debilidades de tu cuerpo.
Y recuerda siempre, no importa lo bueno que te consideres en algo, todavía necesitas practicar. Si no puedes hacer algo a la primera, practica. Si puedes hacer algo bien, una y otra vez, sigue practicando. Porque con el tiempo, lo usas o lo pierdes.