Ya sea tomar el café de la mañana, ir en bicicleta al trabajo, comprar nuestra marca favorita de detergente en el supermercado o lavarnos los dientes por la noche, la mayor parte de lo que hacemos a diario se guía por lo que llamamos “hábitos”. Los psicólogos utilizan este término para describir comportamientos que suceden repetidamente y que requieren un esfuerzo mínimo cognitivo dado que ya han sido automatizados. Los hábitos nos hacen la vida más fácil ya que nos permiten llevar a cabo acciones sin mucha deliberación y, por lo tanto, liberan nuestras capacidades cognitivas para asuntos mucho más importantes. Sin embargo, hay estudios que revelan que los hábitos, incluso cuando son difíciles de cambiar, se forman principalmente en situaciones relativamente estables y, por lo tanto, se ponen a prueba cuando ocurren cambios importantes en la vida. ¿Te preocupa que un trabajo nuevo, cambiar de ciudad o tener una nueva relación pueda hacer que pierdas los hábitos que tanto has trabajado en formar? Sigue leyendo para descubrir por qué esto podría ocurrir y cómo puedes beneficiarte de ello.
Cómo las nuevas circunstancias afectan a tus hábitos
Cuando hay cambios en nuestra rutina diaria, o en nuestro llamado contexto de situación, como lo llaman los psicólogos, a menudo perdemos nuestros hábitos y nuestra conducta se vuelve de nuevo más consciente e intencional. Lo que solías hacer sin pensar, ahora requiere esfuerzos cognitivos y una planificación. Lo bueno de todo esto es que un cambio en el contexto de la situación puede también ser la mejor oportunidad para finalmente deshacerse de los malos hábitos. Hay estudios que han demostrado que las personas que querían llevar a cabo un cambio tenían más probabilidades de tener éxito cuando el nuevo comportamiento comenzaba en un nuevo contexto de situación, por ejemplo, después de mudarse a una nueva ciudad. Sin embargo, las nuevas situaciones también afectan a los viejos hábitos, especialmente cuando no se pueden mantener como antes. Por ejemplo, puede ser que el nuevo horario laboral en el trabajo nuevo o la falta de lugares para entrenar cerca de ti te impidan continuar con tu rutina como solías hacerlo.
Factores que influyen: la percepción del cambio y la intención
Un estudio realizado entre estudiantes universitarios estadounidenses que cambiaron de universidad mostró que la frecuencia de entrenamiento en su nuevo contexto de situación dependía de dos factores: la fuerza de voluntad para entrenar y su percepción sobre cuánto había cambiado su situación. Solo aquellos estudiantes, que tuvieron una intención firme de entrenar y no se dieron cuenta de que cambiar a una nueva universidad era un gran cambio, fueron capaces de mantener sus hábitos como antes. Para aquellos estudiantes que tenían una intención más bien débil para entrenar o percibían la nueva situación como un gran cambio, ya no podían realizar de forma automática los antiguos comportamientos habituales y les costaba más crear una rutina de entrenamiento en la nueva ciudad.
Querer es poder
Al igual que un nuevo comienzo puede ayudarte a crear nuevos hábitos, aquellos que quieren mantener un buen hábito en un nuevo contexto de situación les puede resultar un poco más complicado para empezar. Afortunadamente, para nosotros como Atletas Libres, las nuevas circunstancias son solamente otro desafío para nuestra fuerza de voluntad. Con el fin de mantener tu rutina de entrenamiento cuando tu vida cambia, te recomendamos planear de forma activa tus horarios, tus lugares y tus sesiones de entrenamiento. ¿Necesitas más ayuda para implementar tu rutina de entrenamiento en tu nueva vida? Al mismo tiempo que la ciencia recomienda utilizar intenciones de implementación, nosotros también hemos reunido algo de inspiración en cómo mantener el ritmo y crear una rutina de entrenamiento en un ambiente nuevo. Buena suerte en tu nuevo comienzo y recuerda siempre: #NoExcuses