Marcarse objetivos es fundamental en el fitness y en la vida. No solo nos permite crecer y avanzar, si no que la sensación de saber que vamos por el buen camino es fantástica, gracias en gran medida a la liberación de dopamina, la hormona del placer.
¿Pero qué pasa si te atascas, dejas de progresar o tus objetivos ya no te motivan? Cambiar de objetivos es tan importante como establecerlos, pero puede ser complicado reconocer cuándo ha llegado el momento de dar un giro a tu trayectoria. Esto es especialmente verdad en el fitness, donde el progreso no siempre es lineal.
Aparte de los posibles beneficios físicos, cambiar de objetivos también es una buena manera de hacer introspección, reflexionar y entender mejor a tu cuerpo. Además, mejorará tu motivación y te ayudará a seguir sintiéndote bien a largo plazo.
¿Cuándo debería modificar mis objetivos?
Sentir que te has estancado es una señal clara de que tienes que parar y reconsiderar tus objetivos de fitness. Si notas que tu plan actual ya no es efectivo y no estás progresando, puede que sea hora de cambiar de rumbo. También te darás cuenta si tu motivación está por los suelos y solo pones excusa tras excusa para no entrenar.
No pierdas de vista los indicadores físicos, por ejemplo, si tu rendimiento no mejora o no eres capaz de perder peso. Puede que el cansancio y el estrés se hayan apoderado de ti o, por el contrario, que ya nada te suponga un desafío. O quizá ves claro que tu progreso se ha estancado y que tu entrenamiento ya no está a la altura de tu nivel de forma física.
También hay factores psicológicos, como la pérdida de motivación, el sentimiento de frustración o un agotamiento emocional. Si pensar en entrenar te estresa o te hace sentir mal, y esto empieza a afectar a otros aspectos de tu vida, es innegable que tienes que hacer un cambio.
El ejercicio debería mejorar tu vida, no hacerte sentir peor. Ajustar tus objetivos no significa que hayas fracasado, sino que has reflexionado sobre tus fortalezas. Este tipo de cambios son fantásticos para escuchar a tu cuerpo, adaptarte a las necesidades del momento y garantizar tu éxito y bienestar a largo plazo.
Cómo evaluar tu progreso
Para ajustar tus objetivos, es importante evaluar primero dónde te encuentras. Esto te ayudará a ver de forma clara tu situación y qué cambios tienes que hacer.
Medir el progreso
Haz un seguimiento de tu progreso desde el principio. Elige algo que puedas consultar pasado un tiempo: pruebas de nivel de forma física, una aplicación o un diario de entrenamientos (donde incluyas fotos, medidas, tu peso, indicadores de rendimiento o una explicación de cómo te sientes). Reflexiona sobre tu situación actual, las estrategias que te funcionan y los cambios que necesitas llevar a cabo para seguir progresando.
La importancia de marcarse objetivos
Marcarse objetivos claros y cuantificables es esencial para motivarse y progresar. Y es bueno incluir una combinación de objetivos a corto y largo plazo para tener una hoja de ruta estructurada. Sin objetivos, es imposible medir el progreso. Tener objetivos claros ayuda a regular los esfuerzos hacia un objetivo final, lo que te ayudará a progresar de forma eficaz para llegar a donde quieres.
¿Por qué no estoy consiguiendo los resultados deseados con mi entrenamiento actual?
Hay varios motivos que pueden explicar por qué no estás consiguiendo lo que quieres a pesar de esforzarte. Hay muchos factores que afectan al cuerpo, el nivel de forma física y la salud mental y física. Y si alguno de ellos no está bien, puede desequilibrar todo el sistema e impedirnos progresar. Estas son algunas de las posibles causas por las que no estás alcanzando tus objetivos:
- Estancamiento: continuar con la misma rutina hasta llegar a un punto en el que no puedes progresar más.
- Sobreentrenamietno: darlo todo con cada workout sin permitir a tu cuerpo recuperarse.
- Mala alimentación: consumir alimentos de baja calidad en lugar de seguir una dieta bien equilibrada, lo que puede afectar a tus niveles de energía y tu capacidad de recuperación.
- Objetivos difusos: es difícil medir y controlar tu progreso sin unos objetivos claros. Además, los objetivos claros te animan a ponerte en marcha.
- Cambios corporales: si has perdido mucho peso y tu composición corporal o tus capacidades han cambiado por completo, tendrás que ir haciendo ajustes en tus entrenamientos.
- Fluctuaciones hormonales: la menstruación y otros cambios hormonales pueden afectar a tus entrenamientos.
- Factores psicológicos: el estrés, la falta de confianza y de autoestima u otras barreras mentales pueden influir en tu progreso.
- Problemas fisiológicos: las enfermedades, las lesiones y otros problemas de salud pueden afectar a tus resultados o incluso a tu capacidad para lograr tus objetivos.
- Factores externos: el estilo de vida o los cambios medioambientales pueden limitar tus posibilidades de éxito.
Haz balance, reflexiona sobre estos factores e identifica dónde necesitas hacer algún cambio. Puede ser un pequeño ajuste aquí o allá para que tus entrenamientos vuelvan a ser efectivos y te conduzcan hacia el éxito.
¿Qué mentalidad debo adoptar para hacer cambios?
Para adaptarse a los cambios, es necesario adoptar una mentalidad flexible. Esto significa abrirse a nuevos enfoques, reflexionar de forma crítica sobre ti y tus comportamientos, y prepararse para pasar a la acción.
Flexibilidad
Una mentalidad flexible te permite responder a los cambios y adaptarte. Te ayuda a aceptar los contratiempos como parte de tu trayectoria y a encontrar nuevas formas de alcanzar tus objetivos. Además, mejora la conexión entre el cuerpo y la mente y ofrece más claridad con respecto a los cambios necesarios.
Introspección
Reflexionar es crucial para evaluar tu progreso y tus objetivos. Haz un poco de introspección y pregúntate si estás satisfecho con tu progreso o si hay algo que puedes hacer de forma distinta.
Identifica qué funciona bien y qué aspectos podrías mejorar. Si descubres qué es lo que hace que algo vaya bien o mal, anótalo. Esto te permitirá recordarlo y usarlo a tu favor la próxima vez que tu rendimiento se estanque.
Guía paso a paso para cambiar tus objetivos
Ya has hecho el trabajo, has revaluado tus objetivos, reflexionado y te has dado cuenta de que necesitas un cambio. Esta guía paso a paso puede ayudarte a hacerlo en la dirección adecuada:
Establece y define nuevos objetivos
- ¿Qué progresos he hecho hasta ahora?
- ¿Qué quiero conseguir a partir de ahora?
- ¿Qué necesito cambiar en mis rutinas de entrenamiento?
- ¿Qué tiene que pasar para que el cambio muestre los resultados que quiero?
- ¿Cuándo voy a empezar a aplicar este cambio?
- ¿Cuándo habré conseguido mis nuevos objetivos?
- ¿Cómo puedo motivarme para alcanzar estos objetivos?
- ¿Necesito ayuda externa?
- ¿Con qué frecuencia mediré mis nuevos objetivos para ajustar el plan si fuese necesario?
Superar la resistencia al cambio
¿Te da miedo fracasar? ¿Estás empezando a dudar de ti? No te preocupes, al reorientar tus objetivos, es completamente normal que te asalten las dudas y el miedo. Hay estrategias que puedes usar para superar estas preocupaciones, prepararte para cosechar éxitos y, sobre todo, alcanzar tus nuevos objetivos.
Estrategias para ganar confianza
Hay varias técnicas que puedes usar para dejar de dudar de ti, pero la mejor empieza en tu interior. Prueba el diálogo interno positivo para impulsar tu confianza. Otra técnica útil es hacer introspección y aceptar tus miedos. Intenta mirar a tus preocupaciones de forma realista y reconoce que el cambio es parte del proceso. Establece objetivos intermedios y celebra cada pequeño paso que des. Por último, prueba la visualización. Imagínate cómo te sentirás al lograr tu nuevo objetivo. ¿Esa sensación te motiva?
Aunque hacer esos ejercicios mentales es clave, no subestimes los beneficios de tener un sistema de apoyo. Habla con tus amigos, tu familia o tu coach. Compartir tus objetivos, miedos y progreso con otras personas es una forma fantástica de mantener la constancia y la motivación. Además, puede que encuentres a alguien con tus mismos objetivos para ir progresando juntos y llegar aún más lejos.
¿Cómo encajar las críticas de los demás?
A veces, las palabras duelen tanto como un golpe. Pero hay formas para evitar que otras personas nos generen dudas para seguir adelante. Aunque no pasa nada por aceptar críticas constructivas, mantente fiel a tus objetivos.
Intenta fortalecer tu autoestima, comparte tu idea de una forma más clara, acude a tu red de apoyo, mantén tu convicción interna y, como siempre, celebra los éxitos por el camino. Estas estrategias pueden ayudarte a superar el escepticismo de los demás y te permitirán seguir tu camino de forma independiente. Pruébalas y descubre cuáles te funcionan mejor.
Desarrollar resiliencia y adaptabilidad
Cuidar de tu salud mental, hacer introspecciones de forma regular y fomentar la conexión entre el cuerpo y la mente te ayudará a lidiar con los cambios y ver los tropiezos con una nueva perspectiva.
Al cultivar una mentalidad positiva, empezarás a ver los desafíos como una oportunidad para aprender y crecer. Además, te ayudará a recuperarte y adaptarte a nuevas situaciones. Esto es muy importante, porque los contratiempos son inevitables y forman parte de la vida.
Dejémoslo claro, las caídas no son fracasos. Son oportunidades para analizar qué ha ido mal y aprender de ellas. Son una forma de usar lo aprendido y ajustar tu estrategia para volver más fuerte que nunca, o en otras palabras, ganar resiliencia.
La resiliencia es fortaleza mental y, como los músculos, puedes fortalecerlos de muchas maneras. Meditar, tener expectativas realistas, crear un entorno positivo, reflexionar y creer en ti son formas fantásticas de adoptar una mentalidad más resiliente.
Acalla los pensamientos negativos y confía en ti, cuando aprendes a ser resiliente, nada parece imposible.
Recapitulemos
Reconocer cuándo ha llegado el momento de cambiar de rumbo y elegir nuevos objetivos es vital para lograr el éxito y el bienestar a largo plazo. Y hay muchas formas que han demostrado ser útiles para facilitar esa transición.
- Adopta una mentalidad flexible para adaptarte a los cambios, evita el estancamiento y dale una oportunidad a las técnicas para mantener a raya la desmotivación.
- No dejes de reflexionar y evaluar tu progreso y tus capacidades para asegurarte de que tus objetivos siguen siendo relevantes.
- Establece objetivos claros y medibles de forma estructurada, y ten cuidado del sobreentrenamiento y las barreras psicológicas para poder hacer cambios cuando lo necesites.
- Cultiva una mentalidad positiva para favorecer la resiliencia y aprende a ver los cambios con perspectiva.
Recuerda, cambiar de objetivos no es tirar la toalla, es una forma eficaz de impulsar la motivación y mantenerte en marcha a largo plazo.