Marc-André ter Stegen es el guardameta del FC Barcelona y de la selección alemana de fútbol. Es un atleta de élite de las competiciones más importantes a nivel mundial, y es famoso por su velocidad, sus reflejos y su potencia explosiva. Esta es su trayectoria.
Ahora mismo, el nombre de Marc está en boca de todos. Es de los mejores futbolistas y guardametas que existen. Sí, el peso de las expectativas es inmenso, casi demoledor, pero él lo lleva bien. Es Marc-André ter Stegen, y desafiar las expectativas y sobresalir por encima de lo ordinario es lo que sabe hacer. Sabe lo que significa cuidar la mentalidad de un campeón porque eso es exactamente lo que es: un campeón.
Pero nunca tiene suficiente. Ya está en la cima del juego, pero quiere aun más. Quiere ser más grande y mejor: para Marc, su trayectoria no tiene final, no tiene línea de meta. En cuanto alcanza lo que persigue, aspira a algo nuevo.
En el campo de juego es perspicaz, ágil y dominante. Fuera del campo de juego es tranquilo y de voz suave, pero desprende un aire de confianza en sí mismo que solo pueden permitirse los mejores. Es un verdadero atleta de los pies a la cabeza y, aunque habla poco del intenso régimen de entrenamiento que sigue, se nota en su rendimiento. Controla las últimas horas de la noche, las primeras del día, la evaluación constante y el entrenamiento de la técnica. Porque controlar todo eso significa que, cuando hace falta, puede controlar el juego.
La trayectoria de Marc no tiene un punto de inicio típico. Es un atleta de alto rendimiento, ya en la cima de su juego, pero con eso no tiene bastante. Está sediento, es ambicioso y siempre busca más. El fútbol es su deporte principal, pero sabe, como cualquier atleta que se precie, que tienes que diversificar si quieres rendir al máximo. Marc está empezando una trayectoria para el próximo nivel.
Su trayectoria consiste en explorar, en descubrir el entrenamiento complementario y la disciplina del estilo de vida que pueda llevarlo a donde quiera llegar. En este sentido, conoce su cuerpo y sabe lo que quiere: la cuestión está en encontrar la solución. Él controla el juego, el objetivo y su trayectoria. Porque él es quien decide hacia donde quiere ir.