En este Día de San Valentín, nos tomamos un momento para considerar la relación más importante de tu vida. No, no se trata de tu marido o mujer, novia o novio, sino de tu programa de entrenamiento. Día tras día, tu Coach está ahí guiándote, animándote a mejorar y, sólo ocasionalmente, poniendo a prueba tus límites. Como cualquier relación, el tiempo que pasas con tu programa de entrenamiento tiene diferentes etapas...
El enamoramiento
Acabas de encontrar lo que parece ser el programa de entrenamiento perfecto para ti. Estás ansioso por comenzar y emocionado por lo que te depara el futuro. Tienes tanto entusiasmo que quieres entrenar todo el día, todos los días. El progreso es notable y rápido, tus músculos crecen, tu forma física mejora y estás perdiendo peso. Estás más feliz que nunca y te preguntas por qué no empezaste antes. Después de otra gratificante cita con tu Coach, no puedes evitar pensar: "¡así es como me convierto en la mejor versión de mí mismo!"
La luna de miel
Te estás acostumbrando a tu rutina y empiezas a ver los resultados. La emoción inicial se ha ido, pero aún esperas con ganas cada entrenamiento. Algunos días, tu Coach te hace enfurecer como ninguna otra cosa, pero sabes que tiene las mejores intenciones, y es por esto que continúas y aprecias lo que hace por ti. Las cosas no siempre son fáciles, pero tú y tu programa de entrenamiento han llegado a esa cómoda etapa en la que cada uno sabe cuándo debe darle espacio al otro. Estás mirando hacia adelante y anticipando con entusiasmo tu desarrollo personal y físico.
Los tiempos difíciles
Está sucediendo. Los beneficios ya no son tan obvios y el progreso no parece llegar tan rápido. Te preguntas cómo alguna vez pudiste alcanzar esos PB y si algún día volverás a acercarte a ellos. Estás estancado, quieres abandonar, tirar la toalla y decir que entrenar simplemente ya no es para ti, pero en el fondo sabes que por los buenos momentos vale la pena soportar los malos, y los buenos momentos sin duda regresarán. Puede que necesites tomarte un descanso, alejarte un poco, pero sabes que volverás y que esta vez serás más fuerte que nunca.
Reavivando el amor
Sabías que sucedería, y ha sucedido. Te has mirado a ti mismo durante mucho tiempo, has hecho algunos ajustes y has recuperado tu magia. Te has dado cuenta de que el entrenamiento es para ti, después de todo, y prometes no volver a considerar la posibilidad de abandonarlo. Has superado con éxito los obstáculos que amenazaron con hacer descarrilar tu progreso, al igual que el periodo de estancamiento. Estás otra vez en el buen camino, listo para establecer una relación larga y gratificante con la única cosa que odias y amas en igual medida.
Como cualquier relación diseñada para durar, es necesario alimentar el vínculo que tienes con tu programa de entrenamiento. Todos pasamos por momentos difíciles, cuando queremos tirar la toalla y abandonar, pero nunca agradecerás haberlo hecho. En cambio, sigue el programa, permítele adaptarse a medida que creces y te desarrollas y la relación florecerá. ¿Listo para encontrar a tu pareja perfecta?