Todo el mundo sabe lo que se siente: suena el despertador, te quedas un poco más en la cama y, antes de que te des cuenta, ya vas tarde para el trabajo. Saltas de la cama, te pones cualquier cosa y te das prisa para intentar llegar a tiempo. Cuando cierras la puerta, ves tu cama sin hacer. Es la menor de tus preocupaciones. Una tarea sin importancia que puede esperar a después. La verdad es que tu día ya ha comenzado mal. Hacer la cama debería estar entre tus mayores prioridades, y aquí tienes el por qué:
Hacer la cama es un hábito clave
Nos gustaría presentarte un término que te cambiará la vida, y que deberías memorizar: “hábito clave”. Son pequeñas acciones que requieren un esfuerzo mínimo pero que, con el tiempo, tienen un impacto máximo. Estas pequeñas acciones, una vez se convierten en rutina, crean una reacción en cadena. Contagiando a otros hábitos, afectan al modo en el que comemos, dormimos, trabajamos, vivimos y nos comunicamos. Y por muy insignificantes que puedan parecer, nos ayudan a crear estructuras nuevas y empezar un proceso de cambio que bien podría terminar transformando toda nuestra vida.
Es un catalizador para un día productivo
Por muy poco divertido que pueda parecer al principio, hacer la cama cada día se convertirá en una rutina mañanera que te despejará la mente y que marcará el principio de un día fantástico y del que saldrás victorioso. ¿Eres una persona desorganizada y desordenada? Pues esta podría ser la respuesta a tus problemas. Una vez que tu cama tenga buen aspecto, querrás asegurarte de que el resto de tu habitación también tenga buen aspecto. Y, oye, ¿por qué detenerte ahí? Ya has empezado. Ahora querrás que todo tenga buen aspecto. Te has marcado un alto estándar para el resto del día. Tareas de la casa, de la cocina, hábitos de trabajo, de entrenamiento: probablemente, no dejarás que nada esté por debajo de ese nivel.
Considéralo tu primer obstáculo del día. ¿De verdad quieres salir de casa ya derrotado? ¿Qué suponen 5 minutos si los resultados podrían durar toda una vida? Pruébalo por ti mismo. Conviértelo en tu hábito clave.