Pierre-Nicolas ha alcanzado el nivel 300, lo que lo convierte en el usuario con el nivel más alto de Freeletics. Pero no ha conseguido esta increíble proeza de la noche a la mañana. Ha necesitado años de constancia inquebrantable, de seguir adelante y entrenar cuando era lo último que tenía ganas de hacer. Burpee tras Burpee, día tras día. Transformó por completo su estilo de vida cambiando las fiestas y el alcohol de sus años de estudiante por workouts matutinos y una dieta saludable.
Esta trayectoria de 8 años que empezó como un desafío personal se convirtió en una transformación vital: impulsó su autoestima y le dio una libertad que nunca pensó que fuera posible. Esta es su historia:
«Antes de empezar con Freeletics, no me interesaba el fitness para nada. Hice un poco de natación cuando era más joven, montaba en bici con mis amigos en la escuela y jugué al rugby en la facultad de Ingeniería. También esquiaba de vez en cuando en invierno.
Pero a pesar de realizar todas esas actividades, no tenía una rutina real ni un objetivo claro y mi vida cotidiana era bastante sedentaria».
El punto de inflexión
«En 2015, en mi último año de Ingeniería, dejé de sentirme feliz después de tres años de fiestas y alcohol en exceso. Probé Freeletics con mis amigos, pero no fui capaz de comprometerme con una rutina constante.
Ese invierno, sufrí un accidente esquiando y me disloqué la rodilla. Tras la lesión, me costaba mucho caminar y me sentía desconectado de la vida estudiantil. Gané mucho peso durante mis estudios (pasé de 72 kg a 86 kg con una estatura de 180 cm), y casi todo era grasa en lugar de músculo.
Lo único que podía hacer para distraerme era jugar a videojuegos, con lo que acababa más frustrado, o intentar hacer algunos Pushups y Pullups, que en ese momento me resultaban muy duros, pero me hacían sentir un poco más vivo.
Esos meses en los que estuve obligado a estar parado me ayudaron a darme cuenta de que necesitaba cambiar y encontrar un estilo de vida que se ajustara más a mis necesidades».
Objetivos más allá de lo físico
«Cuando empecé con Freeletics, mis objetivos estaban más orientados a adquirir hábitos saludables. Quería ganar confianza, volver a correr y sentirme orgulloso de superar las dificultades mientras desafiaba a mi cuerpo y mi mente.
Mejorar mi aspecto físico era la parte divertida o de amor propio del proceso, pero en el fondo quería sentirme vivo y libre».
Adaptarse a nuevos niveles de dificultad
«Al principio, la intensidad de los workouts fue un desafío (sobre todo los Burpees). Entrenaba 5 días a la semana, de lunes a viernes, y corría los fines de semana.
No era fácil aguantar las molestias que sentía después de esos días, pero se me olvidaban cuando llegaba el siguiente workout. No sabía si iba a poder seguir entrenando a diario, así que fui paso a paso.
También empecé a enfocarme más en mi dieta, lo que me obligó a hacer muchos cambios a la vez. En ese momento, no comía las suficientes calorías, ¡y pasaba mucha hambre durante el día! La comida es el combustible del cuerpo y necesitas mucha para hacer actividades intensas.
Creo que perdí 10 kg en seis meses, reduje la grasa y gané musculatura, pero fue muy duro para mi cuerpo. Por aquel entonces, no podía entender bien lo que me estaba diciendo el cuerpo, pero seguí adelante lo mejor que pude, a pesar de las molestias y el cansancio.
Poco después encontré mi rutina diaria, pero no fue fácil compaginarla con el trabajo cuando terminé mis estudios de Ingeniería, así como con la vida familiar y social durante los fines de semana.
Algunos amigos me apoyaron durante el desafío y entrenaron conmigo, pero mi familia se mostró indiferente. Supongo que la parte más difícil fue el aislamiento: la soledad de la ubicación remota de mi trabajo y el hecho de que mi entorno no estaba acostumbrado a este estilo de vida.
Pero, a pesar de ello, me encantaba. Ver cómo progresaba y los cambios que conseguía me motivaba a seguir adelante».
Mantener el impulso
«Lo que me ayudó a superar algunos de los momentos más duros fue que mi mejor amigo también empezó a tomarse Freeletics en serio y nos divertimos mucho motivándonos el uno al otro e intentando batir nuestros PB.
Además, durante los primeros 6 meses, entrenaba sobre todo en la terraza de casa con unas vistas preciosas del Mont Ventoux. Me encantaban esos momentos y la sensación de realización tras completar un workout difícil. Además, ¡luego disfrutaba de un buen desayuno con muesli casero y huevos!
Superar mis PB (personal bests) en un workout que me intimidaba era lo que más me motivaba al principio. Cuanto más me ardían los músculos y me quedaba sin aliento, mejor me parecía el workout.
Los workouts que más recuerdo de todos estos años son los que hice lejos de casa, durante las vacaciones o en viajes de trabajo. Puedo relacionar fácilmente los workouts que hice con un lugar y momento específicos.
Tanto al amanecer como al anochecer, sentía el impulso de encontrar un momento y lugar para completar mi rutina y adaptarla si era necesario, lo que me dio una sensación de libertad increíble».
El impacto de Freeletics en la vida real
«Al cabo de unos meses, no podía empezar el día sin entrenar primero. Encontrar un hueco cada día para hacer algún tipo de actividad física se convirtió en algo no negociable. Sin excusas. Y así han pasado ocho años…
Freeletics me ha ayudado a centrarme en lo que realmente importa y a sacar tiempo para ello mientras me olvido de todo lo irrelevante. Ha afectado a todos los aspectos de mi vida: las relaciones sociales, la alimentación, el trabajo, mis intereses y mucho más.
Supongo que lo difícil se vuelve fácil con el tiempo. Solo crecemos cuando nos enfrentamos a algo que nos desafía. Y, por lo general, se logra a largo plazo.
Freeletics me ha permitido darlo todo y confiar en que podía alcanzar mis objetivos, tanto en el plano físico como en el mental, social y profesional. Tuve que priorizar lo importante y dedicarme a mí mismo día tras día esforzándome al máximo posible. La constancia es clave.
Estoy convencido de que el bienestar físico tiene un impacto enorme en el bienestar mental, y por eso lo priorizo. Ahora, el desafío es mantener mi nivel deportivo (con entrenamiento de peso corporal y triatlón) mientras compagino mi vida profesional, familiar y social.
Tengo suerte de tener un jefe que me apoya, los mejores amigos posibles (no necesito demasiados) y una mujer más que excepcional. ¡Mi hijo pequeño me hace muy feliz y me ha dado una nueva perspectiva en la vida!
No podemos controlarlo todo, pero sí podemos controlar nuestros pensamientos y acciones. A veces nos controlan, pero eso es parte de la lucha. Al fin y al cabo, definen quiénes somos».
Mi consejo: recuerda que el progreso es dar un paso hacia atrás y dos adelante; no es un camino lineal.
«Estos son mis principales consejos para cualquiera que acabe de empezar:
- Escucha a TU voz interior: haz lo que te haga sentir bien A TI, ya sean actividades deportivas, sociales o profesionales. Establece TUS prioridades y haz que encajen con TU estilo de vida. Y no te olvides de ser constante.
- Elige alimentos de calidad: en la medida que necesites para TUS objetivos.
- Adopta una actitud abierta: júntate con personas positivas, de mente abierta, y escucha su feedback. Ignora a la gente negativa y de mente cerrada. Déjate inspirar por las historias de otras personas.
- Ponte en marcha: cuando te falte energía o no quieras entrenar, calienta, empieza el workout y piensa en cómo te sientes. Si realmente sientes cansancio, ve despacio para evitar lesiones; ya superarás tu PB la próxima vez. Al acabar, es probable que consigas resultados positivos y sorprendentes y te sientas genial.
- Confía en el proceso: el esfuerzo a largo plazo siempre tiene su recompensa, y cuanto más trabajes, mejores resultados conseguirás. NO TE DETENGAS».