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La historia de Christian Wade, jugador de la NFL en potencia

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"Voy a volver a empezar de cero. Estoy en desventaja, pero ya está todo preparado y solo tengo que responsabilizarme por mis acciones ante mí mismo. Estoy lleno de motivación y no tengo nada que perder, así que estoy listo. ¡Al ataque!"

Te presentamos a Christian Wade, ex jugador profesional de rugby, jugador de la NFL en potencia y Atleta de Freeletics. Christian es el paradigma de la libertad. Tras años jugando al rugby profesional y tras llegar a la cima de su carrera, Wade decidió que era hora de un nuevo reto, así que el año pasado le dio la espalda al rugby y puso sus miras en la NFL. Hace 10 años, Wade se hizo una promesa a sí mismo: "En cuanto deje de disfrutar lo que hago, tengo que cambiar". Fiel a su palabra y haciendo oídos sordos a las expectativas, el salario, la edad, el estatus y el extraordinario reto al que se enfrenta ahora, Christian eligió su propio futuro. Se atrevió a ser libre. Este es un Atleta motivador con un potente mensaje: "

Me llamo Christian Wade, tengo 27 años y soy un ex jugador profesional de rugby que aspira a unirse a la NFL.

Crecí en High Wycombe, un pequeño pueblo al oeste de Londres. Mi familia es de descendencia caribeña. Mi niñez consistió en gran medida en hacer deporte y música, principalmente porque mis padres eran músicos y deportistas. Mi padre soñaba con convertirse en un jugador profesional de fútbol americano y podría haberlo sido, pero al crecer en una comunidad eclesiástica en su época, hacer deporte un domingo era algo impensable. Sin embargo, su habilidad con la guitarra sí era bienvenida los domingos, y era un gran músico. Mi madre era una atleta y solía ganar todas las carreras del instituto, o al menos eso dice ella. Así que, como ves, estaba destinado a hacer algo en la industria del entretenimiento. A mí me encantan el deporte y la música, han sido parte de mi mundo desde que nací.

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Jugaba al fútbol, al baloncesto, corría e incluso practicaba taekwondo, así que mis semanas estaban repletas de ejercicio y, obviamente, tenía que encontrar tiempo para integrar la escuela en esta agenda. Mis padres siempre me decían que tenía que estar seguro de que conseguía buenas notas porque, si no lograba ganar dinero como Atleta, necesitaba una red de seguridad, algo donde apoyarme.

Siempre soñé con jugar en la NBA. Michael Jordan era uno de mis ídolos y en los años 90 solía ver todos sus vídeos y leer libros sobre los Chicago Bulls. Lo tenía todo planeado hasta el último detalle: iba a obtener una beca para entrar en una universidad americana y luego entrar en la NBA, así de fácil. Ese fue mi sueño hasta que me hice un poco más mayor y me di cuenta de que era muy poco realista. Así que se acabó, y supongo que me topé con el rugby y nunca me arrepentí. Bueno... no fue exactamente así.

Aprobé el examen de entrada para ir a RGS High Wycombe, y como no juegan al fútbol americano, tuve que elegir otro deporte. El rugby no me interesaba para nada; ni lo había jugado nunca, ni había visto nunca ningún partido. No me interesaba correr con un balón en forma de huevo y que me tiraran al barro. Para nada. Pero en el RGS el rugby era un deporte muy importante y el objetivo de todo el mundo era llegar al primer equipo. Ahí es donde entró en juego mi naturaleza competitiva, así que intenté entrar en el equipo de todas formas. Era rápido y podía correr alrededor de la gente para marcar. De hecho, me gustaba, hasta que empezó a hacer frío y humedad: ahí ya no quería seguir jugando, pero los coaches vieron mucho portencial en mí y me obligaron a seguir, así que me vi jugando cada sábado. En ese momento aún estaba jugando al fútbol americano con mi equipo en una liga de los domingos, y también jugaba al baloncesto. Al fin y al cabo, me encantaba hacer deporte, así que, si me divertía, todo lo demás daba igual.

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Cuando tenía 15 años, Jack Wallace, uno de mis mejores amigos, entró en la selección de Inglaterra U16A. Hasta aquel momento no era consciente de que podías representar a tu país tan joven. Eso me motivó a empezar a tomarme el deporte en serio. Yo también quería representar a mi país, y creía que podía entrar en el equipo. Siempre me veía en desventaja porque llevaba pocos años jugando, pero sabía que tenía la habilidad más que suficiente para conseguir lo que me propusiera. Lo uno llevó a lo otro y, un año después, representé a Inglaterra U16A, y a los 18 años firmé por los Wasps. Supongo que podríamos decir que el resto es historia: siempre quise que fuera así.

Mi carrera en el rugby ha sido absolutamente impresionante. He representado a cada grupo de edad a nivel internacional, incluidas las competiciones Sevens, Seniors de Inglaterra y el Victorious Lions Tour de 2013. He viajado por todo el mundo y he hecho muchos amigos. No podía pedir más, y eso que era el mismo niño que no quería correr con un balón en forma de huevo para que me tiraran al barro. ¡Dios me ha bendecido sin duda alguna!

Recuerdo que cuando Inglaterra ganó la candidatura para la RWC de 2015, yo estaba en el equipo de Inglaterra U18S, y estábamos en cabeza para convertirnos en los grandes nombres para jugarla. Era algo increíble, y es algo que se me ha quedado grabado desde aquel día. Mi carrera había ido bien, acababa de debutar con Inglaterra y había representado a los Lions cuando sufrí una grave lesión que me mantuvo apartado del juego durante casi una temporada. Trabajé duro para ponerme en forma de nuevo. Me perdí la selección previa para el equipo de Inglaterra, pero tuve la oportunidad de jugar contra los Barbarians en un intento de llegar al equipo de 50 miembros. Jugué bien ese día, y anoté un hat trick. Sin embargo, por algún motivo, no llegue a entrar en el equipo final, sino que eligieron a otros 6 wings, lo cual me dejó totalmente confundido. No podía creer que yo no fuera uno de los 6 mejores wings de la liga. Estaba claro que los entrenadores tenían a sus favoritos, y desde ese momento supe que tenía que concentrar toda mi energía en ser lo mejor que pueda, sin preocuparme sobre la impresión que puedan tener los entrenadores internacionales. Me prometí a mí mismo que haría todo lo posible por convertirme en lo mejor que podía ser, y no iba a dejar que ninguna selección inglesa definiera lo que soy.

La gente me pregunta cómo tomé la decisión de dejar el rugby en el que se podía decir que era mi mejor momento. Bueno... no fue fácil, y no tomé esa decisión de la noche a la mañana. Claro que mi carrera había tenido varios momentos álgidos, pero también había tenido que encajar un par de puntos bajos y, a veces, incluso momentos de depresión. Las lesiones y el que no me seleccionaran solían ser los motivos. Hay gente que dice que la razón principal de mi decisión se debe a que no me seleccionaron para jugar con Inglaterra, pero yo no estoy de acuerdo. El deporte siempre ha sido importante para mí, y me gusta lo que hago.

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Llegué a un punto en mi carrera en el el que necesitaba un nuevo reto. Quería hacer algo más que solo jugar a rugby en Inglaterra, y busqué opciones para jugar en otro lugar. Es fácil quedarte donde eres bueno, pero quería poner a prueba mis competencias contra los mejores Atletas del mundo. Quería llegar al límite para conseguir más. Sabía que mi cuerpo conseguiría mejores resultados

Mis amigos Alex Grey y Christian Scotland Williamson participaron en el programa "Player pathway program" de la NFL, y ambos han logrado unirse al equipo de prácticas de la NFL. Pasé tiempo hablando con ellos para ver cómo hicieron el cambio para entrar en la NFL. Tras pensarlo detenidamente, decidí que eso era lo que quería hacer yo también. Una vez que tomé la decisión, di el primer paso. Y no me he arrepentido desde entonces.

Dejé los Wasps a mediados de octubre y empecé a entrenar con mis propios entrenadores, Travis Allan y Tabo Leeroy Madiri. Travis trabajó conmigo y diseñó mis programas de pesas, y Tabo entrenó conmigo mi velocidad. Will Bryce, director del Player pathway programme de la NFL junto con James Cook, me enseñó a jugar al fútbol americano, tanto dentro como fuera del campo. Pasé tiempo en la academia IMG de Florida trabajando con Tyler Henderson, Mike Sellars (ex jugador de la NFL) y Steffen Visj, quienes me acompañaron en este camino. También pasé tiempo en Nueva York con un especialista en calzado, Steve "Speedy" González (@LethalSpeed).

Después de ser atleta profesional durante 10 años, la transición a este nuevo tipo de entrenamiento ha sido bastante suave. Estoy acostumbrado a llevar un régimen intenso y a entrenar diariamente. Hasta ahora me ha ido bien, con la ayuda de mis entrenadores cuando los tengo cerca y gracias a la app de Freeletics para cuando estoy de viaje o de vuelta en casa.

Empecé a usar la app de Freeletics no solo porque sé lo bien que me viene entrenar con el peso de mi cuerpo, sino también porque creo en su visión y en su misión para ayudar a que todo el mundo alcance todo su potencial. Es como un encuentro hecho en el cielo: es perfecto. Entrenar con el peso de mi cuerpo ha sido esencial para mí desde que era un niño; mi padre solía enseñarnos a mi hermano y a mí a levantarnos pronto para hacer Sit-Ups y Push-Ups. Cuando me hice mayor, me di cuenta de lo importante que es poder controlar mi cuerpo. He aprendido que no puedes correr rápido ni cambiar de dirección rápidamente si no controlas el cuerpo.

Para jugar al fútbol americano necesitas velocidad, potencia y fuerza. Tengo que poder darlo todo al 110%, con un descanso de un máximo de solo un minuto, para volver a darlo todo al 110% inmediatamente después. Es un juego completamente nuevo, un tipo de acondicionamiento totalmente diferente. En el rugby es algo continuo: te mueves al 60%, quizás aceleras al 80%, luego hay un descanso largo o un trote ligero. El fútbol americano, por el contrario, es rápido y potente.

Y esta es mi historia hasta ahora. Hemos llegado al presente, a solo un par de días de empezar el programa en Florida. Es un campamento de entrenamiento intensivo de 12 semanas con un día combinado al final, y voy a llegar hasta el final. La posición para la que he estado entrenando es de corredor o running back. Estoy emocionado pero también nervioso porque todo esto es territorio desconocido para mí, aunque, en cierta forma, es como un deja vú, lo único que esta vez tengo 10 años de experiencia como Atleta profesional. Voy a volver a empezar de cero, estoy en desventaja pero ya está todo preparado, solo tengo que responsabilizarme por mis acciones ante mí mismo. Estoy lleno de motivación y no tengo nada que perder, así que estoy listo. ¡Al ataque!

Juan ES