Chris padecía de sobrepeso cuando se dio cuenta de que sus malos hábitos estaban poniendo en juego su salud. Entonces descubrió Freeletics y se embarcó en una trayectoria para convertirse en una versión de sí mismo mucho más fuerte, más en forma y más saludable. Esta es su historia.
Me llamo Chris, tengo 39 años y soy Atleta Libre desde febrero de 2015. Antes de esto, estaba en muy mala forma. Pesaba 120 kg y mi salud empeoraba cada día. No me ejercitaba y mi dieta era terrible; me alimentaba de pasta, patatas fritas, hamburguesas, refrescos e innumerables postres. Entonces me percaté de que, por el bien de mi salud, debía cambiar mi estilo de vida drásticamente. Decidí buscar algo que me transformara física y mentalmente, y que me convirtiera en una versión más fuerte y saludable de mí mismo.
Comencé el entrenamiento de peso coporal con Freeletics en 2015. Nunca había hecho Burpees ni la mayoría de los demás ejercicios. My peso y mala salud dificultaban cada ejercicio, volviéndolo mucho más complicado. Pero no me rendí. Lo seguí intentando y, en poco tiempo, empecé a ver resultados.
Para ser sincero, al principio las evidencias no fueron exactamente lo que yo esperaba, porque mi cuerpo estaba adaptándose con dificultad a este nuevo régimen. Escuchaba a la gente decir: "los abdominales se hacen en la cocina" y pensé: "un momento, ¿entonces ejercitarse constantemente no basta?". Fue ahí que descubrí que tenía que combinar mi entrenamiento con un cambio en mis hábitos alimenticios. Esto significaba introducir moderación y disciplina en mi dieta; las hamburguesas, los postres y los refrescos no sumarían a mi salud.
Empecé a implementar cambios en cuanto a qué comía, cuándo lo comía y en qué cantidad. Reduje mi consumo de azúcar, dejé los refrescos y comencé a beber más agua. Probé diferentes dietas y, poco a poco, he ido descubriendo lo que es bueno para mi cuerpo, lo que me gusta y lo que me hace sentir más sano.
Antes de iniciar con Freeletics, había llegado a un punto en el que mis malos hábitos estaban poniendo mi bienestar en peligro. Me di cuenta de que ya no podía dar por sentada mi salud y que de mí dependía volverme alguien más saludable, más en forma, y más contento consigo mismo. Todos somos diferentes, pero lo que se mantiene constante es que no tenemos la salud garantizada y que la disciplina, el conocimiento de uno mismo y la moderación son los mejores pasos que podemos dar para convertirnos en nuestra mejor versión.
¿Te ha inspirado la historia de Chris? Nunca debemos dar por sentada nuestra salud. ¿Por qué no comenzar hoy mismo la trayectoria que te llevará a estar más saludable y, sobre todo, más feliz?