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El poder del hábito

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“Céntrate en un hábito cada dos semanas. Domina esta rutina primero. Cuando establezcas un hábito, fíjate en la siguiente mejora que puedes hacer.”

El poder del hábito

La experta en bienestar, Liora Bels, cree que tus hábitos son lo único que te impiden comer más sano y lograr tus objetivos de composición corporal. Eliminar los viejos hábitos e intercambiarlos por patrones nuevos, saludables y conscientes requiere una disciplina increíble, ¿verdad?

Al principio, necesitas mucha disciplina.

“Solo se requiere una gran auto-disciplina para que una acción se convierta en un hábito. Una vez el nuevo comportamiento se convierte en hábito, hace falta menos disciplina para mantenerlo. Tus acciones se volverán automáticas.”

El truco no es cambiar todo a la vez.

“Céntrate en un solo hábito cada dos semanas. Un hábito que afecte en gran medida al peso y al bienestar. Algo que te aporte resultados. Un hábito que complemente tus objetivos.”

Pequeñas acciones, grandes resultados

Antes de nada, piensa en tus hábitos alimenticios actuales. ¿Qué comida puedes mejorar? ¿Ese desayuno rápido y simple que te engulles saliendo de casa? ¿La comida que compras para comer en el camino y llegar a tiempo a tu próxima reunión? ¿O esa cena precocinada y con ingredientes procesados que metes en el microondas y está lista en diez minutos?

“Piensa en una forma para hacer al menos una de esas comidas un poco más saludable. Tómatelo como un juego: “¿Cómo puedo mejorar esta comida?” Incluso si es un cambio mínimo, sigue siendo un progreso. Digamos que comes algo dulce con gran cantidad de hidratos de carbono por la mañana y luego te sientes inquieto, perezoso y cansado. Intenta cambiarlo por un desayuno con un alto contenido de proteínas con menos hidratos de carbono y con un poco más de grasa. Pruébalo para que veas como funciona. Si te gusta complacerte con un postre en la cena, busca una alternativa que te ofrezca la misma sensación de recompensa y de satisfacción. Por ejemplo, un paseo de 10 minutos después de tu última comida del día o ver tu programa de televisión favorito con una rica taza de té.”

Más es menos

“En vez de sustituir alimentos, también puedes simplemente añadir otros. Esto tiende a ser mucho más fácil. Cuando empiezas una dieta nueva, en vez de reducir, restringir o prohibirte algo sabroso y poco saludable, añade algo. Puedes incluso tomarte una pieza de fruta después de comer o añadir alimentos con más proteínas en el desayuno. De esta forma ¡es casi imposible hacerlo mal! La nutrición es sencilla, pero no es fácil.”

Dos hábitos poderosos

No solo necesitas mejorar la comida que pones en la mesa. También debes prestar atención a tu forma de comer.

  1. Mastica más – un estudio ha demostrado que las personas delgadas mastican hasta 45 veces.
  2. Come despacio y para cuando estés lleno al 80% – la sensación de saciedad se activa unos 15-20 minutos después de dar el primer bocado. Así que, tómate tu tiempo.

Resumamos:

Me he dado cuenta de que la alimentación es un sistema complejo determinado por los hábitos, los gustos personales, las influencias sociales y el entorno. Un problema nutricional no puede resolverse con una dieta a corto plazo. Tienes que ir al origen, porque el problema normalmente es mucho más profundo.