En el fitness, las rutinas son la clave para alcanzar el éxito a largo plazo. No importa si quieres ganar músculo, mejorar la resistencia o simplemente ponerte y mantenerte en forma, la constancia es indispensable. Además, seguir una rutina de entrenamiento te permite progresar de forma continua, lo que te acercará poco a poco a tus objetivos.
Pero las ventajas no son solo físicas: un régimen de entrenamiento bien diseñado también es una manera fantástica de mejorar tu bienestar mental.
¿Qué beneficios tienen las rutinas para el cerebro?
Las rutinas ofrecen varias ventajas para el cerebro al liberar recursos cognitivos y favorecer la salud mental. Estos son algunos de los beneficios principales:
- Reducen el esfuerzo mental: Cuando convertimos una tarea en rutina y la automatizamos, el cerebro usa menos energía para tomar decisiones. Esto reduce el esfuerzo mental, lo que te permite enfocarte en tareas más complejas o creativas.
- Reducen el estrés: Las rutinas crean estabilidad y previsibilidad en el día a día, lo que genera una sensación de control y seguridad. Este orden ayuda a reducir el estrés, ya que el cerebro no tiene que gastar tanta energía preparándose para lo inesperado.
- Mejoran la salud mental: Al reducir la sobrecarga de decisiones y la incertidumbre, las rutinas ayudan a aliviar la ansiedad y la depresión. Una buena planificación diaria, que incluya un horario de sueño regular y buenos hábitos de alimentación, puede favorecer la estabilidad emocional.
- Mejoran la concentración y la productividad: Las rutinas ayudan a minimizar las distracciones al reservar franjas horarias a actividades específicas. El cerebro se acostumbra a estos horarios, lo que hace que sea más fácil concentrarse y ser productivo.
- Ayudan a la memoria: Las rutinas pueden fortalecer la memoria, ya que repetir una acción ayuda al cerebro a almacenar y recuperar la información de forma más eficaz. Esto es particularmente cierto para las rutinas de aprendizaje o al practicar nuevas habilidades una y otra vez.
- Favorecen la creatividad: Estructurar y automatizar las actividades cotidianas te da más margen para pensar de forma creativa. Al cerebro le vienen bien los entornos estables sin estrés, ya que favorecen los procesos creativos.
- Liberan dopamina: Completar una rutina activa la liberación de dopamina, la «hormona de la recompensa» del cerebro. Esta hormona aumenta la sensación de satisfacción y te motiva a mantener la rutina.
Pero los beneficios no acaban aquí. Las rutinas contribuyen a llevar un estilo de vida saludable: favorecen la adquisición de hábitos saludables que mejoran el bienestar y evitan que se mantengan comportamientos perjudiciales para la salud.
10 consejos para adquirir y mantener rutinas saludables
Si estás deseando transformar por completo tus hábitos de salud y bienestar, es muy importante tener una estrategia. Por eso, hemos recopilado diez consejos que pueden ayudarte:
- Ve paso a paso: Empieza con un cambio pequeño y asequible. Con el tiempo, estos «pequeños» esfuerzos se convertirán en grandes transformaciones. En vez de pretender entrenar una hora todos los días, empieza con sesiones de 10 o 15 minutos. Cada pequeño avance mejorará tu motivación y te ayudará a ser constante.
- Vincula tus nuevos hábitos con otros que ya tengas: Aprovecha las rutinas que ya sigas para crear nuevos hábitos. Por ejemplo, si sueles tomarte un café al levantarte, intenta hacer un poco de foam rolling o estiramientos suaves mientras se prepara para activar el cuerpo. Este método de combinar hábitos facilita la integración de nuevas actividades en tu vida cotidiana.
- Establece objetivos claros y específicos: Evita ponerte objetivos imprecisos como «tengo que hacer más ejercicio» y establece otros específicos y medibles como «correr 30 minutos tres veces a la semana». Estos objetivos te indicarán el camino a seguir y te ayudarán a medir tu progreso.
- Ponte recordatorios visuales: Coloca la ropa o los accesorios con los que entrenes en lugares visibles para recordarte tus objetivos. Un recordatorio visual puede ser clave para mantener la motivación y seguir adelante con tu rutina.
- Recompensa tus esfuerzos: Darte una recompensa saludable después de entrenar puede ser una forma fantástica de motivarte. No importa si es un desayuno nutritivo después de salir a correr por las mañanas o una ducha relajante, esos pequeños premios reforzarán las conductas positivas.
- Escribe un diario: Registrar tu actividad física en un diario puede ayudarte a mantener la motivación y es una buena manera de medir tu progreso. También te da la oportunidad de celebrar pequeños logros e identificar patrones que te ayuden a seguir mejorando.
- Sé paciente: Se tardan 66 días de media en automatizar un hábito. Date tiempo para internalizar la rutina y no te exijas demasiado.
- Entrena en compañía: Un compañero de entrenamiento puede motivarte y hacerte más responsable. Además,
entrenar en compañía es más divertido y socializar refuerza tu compromiso con la rutina. - Visualiza el éxito: Imagínate cómo te sentirás al alcanzar tus objetivos. Este ejercicio mental potencia tu determinación y te ayuda a superar obstáculos.
- Sé flexible y adáptate: Si te desvías de la rutina, no hay razón para tirar la toalla. Sé flexible y permítete hacer algunos ajustes. La vida es impredecible y es importante tener un poco de margen para volver a la rutina.
¿Cómo afecta todo esto a tu salud?
Hacer ejercicio de forma habitual mejora tu estado de ánimo gracias a la producción de endorfinas, también conocidas como las «hormonas de la felicidad». Pero eso no es todo: también puede ayudar a aliviar la ansiedad y la depresión. A medida que vayas ganando fuerza y mejorando tu forma física, ganarás confianza, lo que tendrá un efecto en cadena con un impacto positivo en muchas otras facetas de tu vida.
Y cuando adquieres una rutina de fitness, se produce una sinergia única entre el cuerpo y la mente: la actividad física favorece la claridad mental y reduce el estrés, mientras que un estado mental estable te ayuda a mantener la rutina. Mantener esta sinergia es crucial para sentirse bien.
Recapitulemos
Las rutinas son el motor detrás del éxito: actúan como un «piloto automático» para el cerebro, lo que minimiza el esfuerzo mental y contribuye a una sensación general de bienestar. Y cuando las aplicas al ejercicio, equilibran el cuerpo y la mente, lo que te permite empezar a dar forma a un estilo de vida más saludable y satisfactorio.