El ejercicio y el cuidado de la piel tienen una relación complicada, y el motivo varía de persona a persona. ¿Te preocupa si estás haciendo lo correcto para tu piel? Pues deja de hacerlo, porque Sarah Schunter, la especialista en salud de Freeletics, tiene todo lo que necesitas saber.
¿Se te ha ocurrido alguna vez que quizás haya algo más que puedas hacer que aplicar tónico, sérum y crema hidratante para que tu piel mantenga un aspecto fresco y saludable? Todos sabemos que llevar una dieta equilibrada, rica en antioxidantes, vitaminas y fibra también tiene importantes beneficios para la piel, pero, aparte de eso, llevar un estilo de vida activo y entrenar regularmente también puede tener innumerables ventajas para nuestra piel. Nadie puede negar que un buen entrenamiento te hace sentir bien por dentro y por fuera, dejándote con un rubor y un brillo natural, y lleno de endorfinas. Pero ¿cuánto beneficia realmente a la piel tu entrenamiento a largo plazo? ¿Funciona igual para todo el mundo y para cada tipo de entrenamiento? ¿Qué deberíamos tener en cuenta cuando hablamos de cuidado de la piel y entrenamiento?
Conceptos básicos
El ejercicio es beneficioso por muchos motivos: modifica notablemente el metabolismo corporal y te protege de enfermedades y del deterioro físico asociado con el envejecimiento. Especialmente establecidas están las adaptaciones referentes al tejido metabólico, como el hígado, el músculo esquelético o el sistema cardiovascular. Y, por último, pero no por ello menos importante, el ejercicio también es genial para la piel. Esto se debe principalmente a que el esfuerzo y el calor generado aumenta la circulación sanguínea y el suministro de oxígeno a la piel, algo claramente visible cuando se nos enrojece durante el entrenamiento. Más oxígeno y nutrientes en la piel también conllevan un mejor crecimiento celular, algo que se ve reflejado una mayor tasa de regeneración de las células. Buenas noticias: ¡si entrenas regularmente, parecerás más joven! Además, el aumento en la circulación sanguínea fomenta la eliminación de los radicales libres y de las células muertas de la piel. Una investigación reciente incluso sugiere que la presencia inducida por el ejercicio de un regulador de la función mitocondríaca puede estar relacionada con el atenuamiento de los signos de la edad en la piel.
Entrenamiento equilibrado, piel saludable
¿Cuánto más duro, mejor? Si te encanta llegar al límite, asegúrate de que te recuperas adecuadamente. De hecho, los deportes extremos y de alto rendimiento pueden tener un efecto perjudicial para tu piel a largo plazo. Esto se debe a que tu cuerpo libera hormonas de estrés como respuesta a los workouts tan duros que realizas regularmente. Estas hormonas no solo debilitarán el sistema inmunológico, sino que también llevan a reacciones oxidantes relacionadas con el estrés, y a la reducción de los vasos sanguíneos. Como resultado, el oxígeno y las sustancias antienvejecimiento, como los antioxidantes, dejan de absorberse adecuadamente, y la piel pasa a tener un aspecto pálido y apagado. Las actividades de resistencia moderada, como andar, correr o montar en bicicleta son ideales, así que lo mejor sería que encontraras un buen equilibrio entre los workouts de alta intensidad y los de resistencia moderada.
No olvides el cuidado de la piel
Después de entrenar, tómate esa ducha tan bien merecida, y asegúrate de limpiar el sudor del cuerpo y la cara. No hay por qué temerlo, pero el sudor en exceso puede crear impurezas en la piel, especialmente si la persona es propensa al acné. Usa un tónico suave sin alcohol, perfume ni surfactantes agresivos. Una vez que tengas la piel fresca y brillante de nuevo, es el mejor momento para aplicar tratamientos de cuidado de la piel: la circulación sanguínea continúa elevada por el entrenamiento, por lo que tu piel está especialmente receptiva a tratamientos como sérums y cremas hidratantes.
Cuando entrenes al aire libre, recuerda aplicar protección solar incluso en invierno. La radiación de los rayos UV pueden causar daños permanentes en la piel, como hiperpigmentación, arrugas y cáncer de piel en el peor de los casos. Por tanto, es absolutamente necesario que apliques protección solar aproximadamente 20 minutos antes de entrenar. Usa una protección basada en gel sobre la piel húmeda, ya que será más fácil de aplicar. Comprueba también que el producto sea resistente al agua (waterproof) para que no te entre en los ojos al sudar.