Todos le echamos la culpa al tiempo demasiadas veces por nuestra incapacidad para vivir nuestros sueños. Vemos el tiempo como una restricción, como algo contra lo que luchar y quejarnos. Cuando no conseguimos lo que nos hemos propuesto, nos lamentamos de que "no hemos tenido suficiente tiempo" y de que "el día no tiene suficientes horas". Tenemos que terminar con esto. El tiempo es una limitación que nos creamos como excusa ideal para cuando no conseguimos algo. Es un obstáculo para nuestra libertad, y ya estamos hartos. Estamos listos para liberarnos del tiempo, ¿y tú?
No tener tiempo es una excusa que, como muchas otras, crea un obstáculo autoimpuesto para conseguir nuestros objetivos. El tiempo no nos libera. De hecho, hace lo contrario: nos limita, confinándonos a las barreras de lo que "deberíamos" y "no deberíamos" hacer. La única forma de ser libres y de vivir de verdad es echando abajo esa barrera del tiempo y olvidarnos de cualquiera que intente decirnos que "no tenemos tiempo para eso".
Si alguien debería tener el derecho a decir que no tiene tiempo, ese eres tú. Eres el jefe ejecutivo de tu propia empresa, una madre bajadora o un estudiante con dos trabajos a tiempo parcial. Las jornadas de 18 horas horas son la norma, no la excepción. Desde el amanecer hasta el anochecer, tu agenda está repleta, y tu bandeja de entrada está a punto de explotar. Por lo que parece, no deberías tener tiempo para nada más que comer, dormir y respirar tu trabajo. Pero ahí es donde eres diferente. Desafías las normas creando tiempo para lo que se convierte en la última prioridad para demasiada gente. Una vida cargada de actividades no significa que no puedas entrenar. Reservas tiempo cada día (ya sean 20 minutos o una hora completa) para entrenar en la oficina, en la sala de conferencias o en el tejado de tu edificio. Entrenarás donde y cuando quieras, y siempre te esforzarás por encontrar el momento. Podrías poner excusas fácilmente, pero no es eso lo que quieres. Eres uno de los Libres, y quieres seguir siéndolo.
Los plazos de entrega y las fechas límite son invenciones autoimpuestas y fabricadas por el hombre. Si queremos ser libres, tenemos que aprender que el tiempo está bajo nuestro control, que podemos decidir cómo definir el día, que no hay ninguna estructura que tengamos que seguir por obligación, y que no tenemos que impresionar a ninguna alta entidad con nuestra habilidad para gestionar el tiempo. Todo gira en torno a ti. Y no hay nada más centrado en ti mismo que entrenar, concentrarte en tu cuerpo, tu respiración y tu dolor al esforzarte en superar tus límites. Reservamos tiempo para otras cosas que creemos importantes, así que, ¿por qué no también para entrenar? ¿Por qué el cuidado de tu cuerpo tiene que caer víctima de la holgazanería, de la reticencia y de las excusas? El tiempo nos está reteniendo, pero no tiene por qué seguir haciéndolo.
Todos tenemos la misma cantidad de tiempo. Tanto si vivimos en Nueva York, Madrid, Ciudad de México, Lima o Shangai, nuestros días tienen 24 horas. Lo que nos diferencia es cómo decidimos usarlas. En lo referente al tiempo, tú tienes el control. Solo tú tienes el poder de agarrar por el pescuezo a los límites potenciales del tiempo para enseñarles quién es el jefe. La próxima vez que estés a punto de decirte a ti mismo que no tienes tiempo para entrenar, piensa: "¿Es cierto? ¿O estoy poniendo excusas?" De una forma u otra, todos podemos sacar tiempo para entrenar. La pregunta es: ¿Te atreves?