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¿Demasiado mayor?

MIKE

¿Cuándo fue la última vez que no hiciste algo porque no creías que fuera adecuado para alguien de tu edad?

La libertad no tiene nada que ver con la edad. No tiene fecha de caducidad ni de validez. No se disipa con el tiempo, ni desaparece conforme pasan los años. La libertad es tan accesible para ti ahora como lo será mañana, y dentro de diez años. La libertad es atemporal. Puede que no siempre tenga la misma forma, pero siempre estará ahí, esperando a que la agarres.

El tiempo pasa rápido, y pronto las oportunidades perdidas cobran más intensidad que las que aun están por llegar. "He perdido mi oportunidad" - nos decimos a nosotros mismos - "No tiene sentido seguir intentándolo". Pero la edad no es una barrera que esté fuera de nuestro control, sino que es algo que fabricamos para justificar la pérdida de lo que podríamos haber sido. Ponemos límites a momentos importantes de nuestra vida porque categorizar y delimitar nuestra vida nos resulta cómodo y tranquilizador. Dividir nuestra vida en fases gestionables y en casillas por marcar nos da la sensación de que vamos "por el buen camino". Pero ese camino lo crean aquellos que buscan la tranquilidad de que su vida es "normal", aquellos que se pasan la vida superando casillas bien definidas. Nos dicen que todo lo que hacemos tiene una edad: la universidad es para los menores de 25, viajar por el mundo es algo que puedes hacer antes de tener niños, el deporte es solo para los más jóvenes. Y los que nos dicen eso son los que ya lo han dado todo por perdido. Los que marcan límites para los momentos más importantes de la vida, y nos dicen que saltarse esos límites es algo antinatural y equivocado. Crean barreras porque estas son reconocibles, cómodas y fáciles.

De lo que no se dan cuenta es de que ellos son los que viven en la ignorancia. La edad depende de lo que hagas con ella. Si actúas como si fueras un viejo, como si ya hubiera pasado tu tiempo y como si ya tuvieras un pie en la tumba, así es como te sentirás. Nuestra actitud no tiene que cambiar solo porque ha pasado otro año. Seguimos creciendo, evolucionando y floreciendo hasta nuestro momento final. No tenemos que parar solo porque hemos cruzado algún umbral prescrito por la sociedad. La edad es una barrera para la libertad, pero solo si quieres que así sea.

La edad no es una finalidad. Los estudios han demostrado que una persona de 70 años que practica ejercicios cardiovasculares, tiene una condición física tan buena como la de un universitario con un estilo de vida mayormente sedentario. Cuando usamos la edad como excusa para no entrenar, renunciamos a la libertad en todas sus formas, le damos la espalda a un futuro saludable y activo, en favor de una vida en la que solo miramos hacia atrás, hacia lo que fuimos en algún momento, no en lo que podríamos convertirnos. Aceptar la edad como una barrera para entrenar es aceptar que esta es la última versión de nosotros mismos, que ya no es posible seguir mejorando, que estamos satisfechos con nuestra suerte, y contentos con la idea de vivir el resto de nuestra vida en los confines claustrofóbicos que nos hemos construido nosotros mismos. Esta encarcelación voluntaria no es nunca algo que planeemos, sino que, cuando llega el momento, puede parecer demasiado cómoda como para resistirse.

La edad no solo es una barrera, un bloqueo imponente e imprenetrable que amenaza con trastornar nuestros objetivos. No, es mucho peor. La edad es una barrera cómoda, una excusa que podemos seguir usando porque no es algo que podamos controlar. Es inevitable e irreversible, no es un interruptor que podamos pulsar cuando sea demasiado. La comodidad y la resignación nos impiden ser libres. Mientras no sigamos explorando o evolucionando, estaremos atrapados y seremos estacionarios, hundiéndonos lentamente en arenas movedizas. Atreverte a liberarte de la opresión de la edad es un paso atrevido que atraerá el rechazo de las normas sociales y de todo aquello que sea cómodo y fácil. Pero es completamente necesario. Quizás pienses que eres demasiado mayor, pero nunca lo eres. Con el nuevo vídeo viral que un culturista de 80 años publica a diario en Internet, no te quedan excusas para no entrenar porque piensas que estás "demasiado mayor para eso". Te lo decimos desde aquí: nunca sé es demasiado mayor.

Cuando etiquetamos la edad como una barrera para el deporte, estamos condenando el resto de nuestra vida al fracaso. Cuando envejecemos, hay puertas que se cierran, pero muchas más se abren. La edad no tiene por qué ser un obstáculo para la libertad, sino una puerta giratoria. Conforme algunas oportunidades desaparecen, hay más que aparecen. No hay que cerrar nunca esa puerta. Solo tienes que atreverte a liberarte de la edad como una barrera, y verlo con tus propios ojos.

Intenta decírnoslo ahora... ¿de verdad eres demasiado mayor?

MIke ES