Anna, una ocupada madre de dos niños, pasó tanto tiempo cuidando de su familia que a menudo se descuidó a sí misma. Probó con varios programas de entrenamiento y pérdida de peso a lo largo de los años, pero nunca encontró el adecuado para ella. Después del nacimiento de su segundo hijo, decidió que ya era hora de hacer el cambio de estilo de vida que necesitaba. Tenía un objetivo claro en mente y estaba lista para comenzar su trayectoria con Freeletics. Esta es su historia.
Quería perder el peso que había ganado durante mi segundo embarazo y, lo que es más importante, asegurarme de no volver a engordar. Estoy casada y tengo dos hijos, por lo que siempre estoy ocupada cuidando de otras personas y realmente nunca me había tomado el tiempo necesario para cuidar de mí misma. Me di cuenta de que esto tenía que cambiar.
Anna comenzó a usar Freeletics y a entrenar con su comunidad local de Freeletics, que desempeñó un papel fundamental a la hora de motivarla durante su trayectoria.
Mi experiencia con la comunidad de Freeletics fue estupenda y se extendió incluso más allá del grupo con el que entrenaba; muchas personas de la comunidad me inspiraron y motivaron a través de la aplicación y en Instagram. Es fabuloso que alguien que ni siquiera conoces te anime a seguir con ClapClaps, comentarios y "me gusta".
El entrenamiento fue difícil, pero seguí esforzándome y apoyándome en la comunidad. Aprendí a disfrutar hasta de los workouts más difíciles; odié a Apollon al principio, por ejemplo, pero es un workout que nunca deja de desafiarme, ¡y por eso me encanta!
Pero, tal y como descubrió Anna, convertirte en tu mejor versión no se trata solo de hacer ejercicio. La dieta también juega un papel muy importante en el aspecto físico y mental de una transformación.
En los últimos años, he probado muchas dietas diferentes, pero ninguna de ellas me funcionó. Probé reduciendo el consumo de hidratos de carbono, limitándome a ingerir 1000 calorías por día y renunciando al azúcar. A menudo me sentía estresada y hambrienta y comía alimentos poco saludables en exceso, lo que me hacía sentir aún peor. Al usar Freeletics, he aprendido a tomar el control de mi dieta. Ahora elijo mis comidas con más cuidado y como de todo con moderación, en lugar de eliminar ciertos alimentos de mi dieta por completo.
Para Anna, no fue solo una transformación física; su salud mental y su vida familiar también experimentaron cambios positivos significativos.
Durante los últimos seis años, sentí que vivía solo para mis hijos y mi familia y no para mí. Basé mi agenda, dieta y ejercicio en torno a ellos y me olvidé de cuidar de mí misma. Desde que empecé a entrenar con Freeletics, aprendí a escucharme más y comprendí que tomarme una hora al día para mí no me hace una mala madre. Me he vuelto mucho más equilibrada y he aprendido no solo a tomarme más tiempo para mí, sino también a planificarlo y aprovecharlo al máximo. Sin duda, hacer ejercicio me ha hecho más feliz y menos susceptible al estrés, y los niños también lo han notado. Al principio tuvieron algunas dificultades para adaptarse al cambio en mi estilo de vida y ciertamente hubo algunas discusiones acaloradas, pero ahora se han acostumbrado y lo aceptan. ¡A veces incluso se unen a mi entrenamiento!
Este no es de ninguna manera el final de la trayectoria de Anna con Freeletics.
Estoy muy contenta con lo que he logrado hasta ahora, pero sé que es solo el comienzo, así que estoy ansiosa por ver lo que me depara el futuro. Sigo entrenando igual que durante mi trayectoria con Freeletics, ya que se ha convertido en una parte importante de mi rutina diaria y es algo de lo que no podría prescindir. También como de un modo mucho más consciente y quiero transmitir esto a mis hijos. Freeletics realmente me ha ayudado a mejorar mi estilo de vida; ¡estoy muy orgullosa de mí misma y sé que mis hijos también lo están!