Todos sabemos que algunos alimentos no son saludables y que una ingesta nutricional poco adecuada puede ser la causa de diversos problemas de salud. Entonces, ¿por qué a tanta gente le cuesta decir que no? La principal razón es que, una vez que las ansias de comer se instalan en nuestra mente, cuesta mucho quitárselas de la cabeza. La solución: detener las ansias de comer antes incluso de sentirlas. ¿Te parece más fácil decirlo que hacerlo? Sigue los siguientes consejos y no lo será.
Fíjate horarios regulares para comer
Los humanos somos animales de costumbres. Nos atenemos mejor a las cosas con un plan concreto delante, así que fíjate un horario y sabrás exactamente cuánto tiempo te queda para la siguiente comida. De esta forma, tendrás menos tentaciones de hacer trampas.
Llénate
La mejor forma de resistirte a las tentaciones es no tener tanta hambre de entrada. Mantente lleno e hidratado bebiendo abundante agua. Quizá sea solo temporal, pero si la combinas con fuentes sanas de fibra como tubérculos, legumbres y avena, te llenará el estómago como una esponja, sin dejar espacio para el picoteo poco saludable.
Guarda siempre una reserva de emergencia
Ten siempre a mano tentempiés saludables, como por ejemplo, fruta fresca, frutos secos o bastones de verduras con requesón; lo que sea para que, cuando sientas la tentación, tengas algo a mano para mantenerla a raya. Cuando te hayas comido el tentempié podrás replantearte si de verdad querías esa comida trampa. Si eliges el tentempié adecuado, lo más probable es que no.
Mantente ocupado
El aburrimiento: por su culpa, tu ansiedad hace que el cuerpo te pida comida a gritos. Es importante mantener la mente y el cuerpo ocupados. Vete a correr, haz un workout, lee un libro. No dejes tiempo libre para la ansiedad. Concéntrate en algo que requiera toda tu atención.
Cuestiona tu mente
A veces el hambre no es más que tu mente jugándote una mala pasada. Si estás acostumbrado a comer pizza delante de la tele por las noches, tu mente te dirá que lo hagas. Primero deberás aprender a distinguir entre el hambre física y el hambre psicológica y, después, a decirle a tu mente que no.
¿Eres de esos a los que les cuesta resistirse a las ansias de comer? Sigue estos consejos y cuéntanos cómo te ayudaron a combatir el hambre. Únete al debate o deja un comentario a continuación. Toma el control de tus ansias de comer. Toma el control de tu vida.