Una pregunta: ¿cuál es la pasión de tu vida? ¿Cuál es tu pasión? ¿La estás disfrutando? Si la respuesta es “no” o “no lo sé”, la siguiente pregunta es “¿por qué no?”.
Tener una pasión es importante. Es lo que diferencia una vida del montón y una vida fantástica. Nos dicen constantemente que sigamos nuestra pasión. Pero… ¿por qué hay tan poca gente que lo hace? Muchos parecen estar atrapados en trabajos rutinarios. Viven una vida que, en realidad, no les gusta. Y no dejan de pensar que estaban destinados a mucho más.
Así que... ¿qué significa tener una pasión?
El problema es que solemos pensar que la pasión es algo con lo que nacemos. Que nos llegará de forma natural. Como el talento. Así que, si aún no la hemos descubierto, nunca lo haremos. Si esto te suena a algo, debes saber que estás muy equivocado.
Una pasión es algo que hacemos crecer. No, no se nace con ella y no nos llega de forma natural. Por el contrario, tenemos que encontrarla nosotros mismos. Piensa en el deporte, por ejemplo. Es más que probable que los verdaderamente apasionados lo empezaran sin disfrutarlo demasiado. Pero, con el tiempo, descubrieron lo bien que les hacía sentir. Comenzaron a disfrutarlo. Y ahí es cuando se convirtió en su pasión.
Pero tu pasión puede ser mucho más que disfrutar de algo. ¿Por qué no ganar experiencia? ¿Especializarte? Y no solo con el deporte. Puede ser cualquier cosa: cocinar, escribir, diseñar. Una vez hayas descubierto lo que es, puedes convertirlo en un estilo de vida. Convertirlo en tu trabajo. Hacerlo al menos una vez al día y llevar la vida que de verdad te guste. La que tenga sentido para ti. La que tú mismo diseñes.
Deja de esperar a que la pasión te encuentre. Ella está esperando a que tú la encuentres. Prueba hoy mismo algo que siempre has querido hacer. Puede llevarte un poco de tiempo, pero recuerda que tienes todo el tiempo del mundo.