Prométete a ti mismo que vas a comer más sano este año. Eso no significa dejar de comer todo aquello que te gusta para hincharte a comer lechuga todos los días. Lo único que necesitas es hacer algunos simples cambios, poco a poco. Sigue estos consejos y verás como no es tan difícil como crees. Sin excusas.
Hornea los alimentos en lugar de freírlos
En lugar de tomar alimentos fritos en abundante aceite, hazlos al horno. Es más sano, está igual de rico y puedes hacerlo con cualquier cosa.
Llévate la comida al trabajo
Si sueles comer fuera, intenta llevarte la comida más a menudo. Así sabrás qué lleva exactamente lo que vas a comer y siempre tendrás a mano tus comidas preferidas.
Cambia la mayonesa por el aguacate (palta)
¿Eres de los que echan mayonesa hasta en la sopa? Pues, ¿por qué no pruebas una alternativa más saludable? En lugar de mayonesa, añade aguacate triturado a las ensaladas, bocadillos o hamburguesas. No es un alimento procesado, contiene gran cantidad de grasas sanas y está igual de bueno. O incluso más
Si bebes café, tómalo sin nada
Beber café en grandes cantidades no es bueno para la salud. Pero si bebes, tómalo solo. Sin azúcar. Sin leche. Sin nata. Sin aditivos poco saludables. En lugar de todo eso, disfruta del sabor del café en estado puro. Que es como tendría que ser. Es una manera más saludable y eficaz de despertarte.
Utiliza arroz integral en lugar de blanco
La mayoría de consumidores utilizan arroz blanco porque tiene mejor pinta. Pero no tiene nada que ver con el sabor. Así que prueba a tomar arroz integral a partir de ahora. Es más natural y además es rico en proteínas, calcio, fibra y potasio. Tan fácil como comprar un paquete distinto en el supermercado.
Añade fruta al agua que bebes
Los consejos nos recomiendan beber un mínimo de 3 litros de agua al día cuando no entrenamos. Y mucha más cuando hacemos ejercicio (puedes encontrar más información sobre cuánto debemos beber en el blog de Freeletics). Si no bebes tanto es porque quizás te cuesta beber sin sed. O porque, en su lugar, eliges alternativas poco saludables y llenas de azúcares. Existe una manera muy fácil de solucionar este problema: añade la fruta fresca que más te guste al agua que tienes que beber. Por ejemplo, menta y fresas, una combinación perfecta. Si te resulta más atractivo, es más probable que bebas.
Elige tus tentempiés con cuidado
¿Tomas algún snack durante el día para poder mantener el ritmo? ¡Muy bien! Elige picoteos que te proporcionen ingredientes saludables como minerales, vitaminas, proteínas y grasas de las buenas. Tan sencillo como cambiar las patatas fritas por pipas de girasol. O una barrita de chocolate por una pieza de fruta. O si te vas a preparar un sándwich con queso, utiliza requesón o queso fresco en lugar de otros tipos de queso menos saludables.
Escoge algo verde siempre
Asegúrate de que siempre hay algo verde en tus platos. Añade algo de col rizada o espárragos a los huevos revueltos del desayuno. O pide espinacas o una ensalada de acompañamiento si vas a cenar fuera. Y cómete siempre las verduras verdes antes de empezar con lo menos sano que haya en tu plato.
¿Ves? Comer sano no es tan difícil como creen algunos. Y no significa dejar de comer todo aquello que te encanta. Si cambias lo que comes en pasos sencillos, te adaptarás. Mantente centrado. No pierdas de vista tus objetivos. Come sano.