Nuestros patrones de sueño se ven afectados por el entorno externo, y el cambio de estaciones no es una excepción. El cambio de horario puede afectar la forma en la que duermes y la calidad del sueño.
La importancia de dormir
Nuestro ciclo diario de sueño-vigilia está controlado por nuestro ritmo circadiano, el reloj interno del cuerpo que sigue un ciclo de 24 horas y determina los momentos en los que nos sentimos cansados y en los que estamos más alerta.
El sueño es esencial para la recuperación del cerebro y del cuerpo; la falta de sueño se asocia con un bajo rendimiento mental y físico.
La influencia del cambio de estaciones en la fisiología y el comportamiento humanos se ha demostrado a lo largo de los siglos. Muchos estudios científicos han determinado que las personas duermen más en invierno que en verano. Esto tiene sentido porque los días son más cortos en invierno, por lo que hay menos luz solar y nuestros cuerpos son más propensos a sentirse cansados.
Vitamina D y trastornos del sueño
La vitamina D es una vitamina liposoluble. Aunque se puede obtener a través de los alimentos, la cantidad a menudo no es suficiente. En cambio, la mejor manera de adquirir vitamina D es mediante la exposición a la luz solar. Cuando la piel está expuesta a los rayos UVB del sol sintetiza vitamina D.
¿Por qué es importante la vitamina D? Diversos estudios han demostrado que la deficiencia de vitamina D contribuye a los trastornos del sueño, a una peor calidad y a una menor duración del mismo.
¿Y cuál es la relación entre la vitamina D y la estacionalidad? Bueno, los niveles de vitamina D están asociados con la exposición a la luz solar. En invierno, debido a la falta de luz solar, es probable que los niveles de vitamina D sean bajos. Es por eso que es vital exponer la piel al sol durante los meses de invierno para aumentar el suministro. Si esto no es posible, puede que tengas que tomar un suplemento de vitamina D.
¿Qué sucede con la rutina diaria?
Cuando hay más horas de oscuridad, nuestras rutinas diarias a menudo pueden desajustarse. Debido a la falta de luz durante el día, es posible que nos sea más difícil despertarnos o que tengamos menos motivación para salir a correr por la noche, por ejemplo.
Pero existen estrategias que puedes adoptar para ayudar a tu cuerpo a adaptarse:
- Intenta resistir la necesidad de dormir una siesta con demasiada frecuencia o demasiado tarde durante el día, ya que esto puede afectar tu sueño
- Utiliza técnicas que te ayuden a relajarte, como tomar un baño, leer o meditar
- Limita el uso del teléfono móvil por la noche, ya que la luz azul afecta tu capacidad para dormir
- Considera acostarte 10-15 minutos más temprano cada noche para anticipar el cambio de horario
- Evita beber cafeína demasiado tarde durante el día
- Crea un ambiente agradable para dormir, con sábanas limpias y una temperatura fresca
Resumanos:
La estacionalidad sin duda afecta nuestro ritmo circadiano y, en última instancia, nuestro sueño. Pero existen ciertas prácticas que puedes adoptar para dormir bien, sea cual sea la época del año.