El HIIT (entrenamiento de intervalos de alta intensidad) es intenso, rápido y nos deja agotados, con lo que debería darnos mucha hambre, ¿verdad? Sorprendentemente, las cosas no son tan simples. En este artículo, la experta en salud, Leanne Edermaniger, profundiza en la ciencia del apetito y en cómo deberíamos alimentar nuestro HIIT.
El efecto exacto que el HIIT tiene en nuestro apetito sigue siendo un tema de interés entre los científicos del ejercicio. Algunos estudios sugieren que el HIIT suprime nuestro apetito y, por lo tanto, reduce nuestra ingesta de energía. Sin embargo, también hay cada vez más evidencias que indican que el ejercicio de alta intensidad puede mejorar la sensibilidad de las hormonas del apetito, lo que a su vez significa que el apetito se regula de una forma mucho más efectiva.
La ciencia del apetito
El apetito es el deseo de comer y puede verse afectado por factores psicológicos y bioquímicos. La interleucina-6 (IL-6) es una proteína y una molécula de señalización secretada por varios órganos del cuerpo y asociada a muchos procesos dentro del cuerpo, incluido el apetito. La IL-6 estimula la liberación de hormonas que están involucradas en la regulación de nuestro apetito.
Las investigaciones han demostrado que el HIIT aumenta la actividad de la IL-6 y reduce la concentración de hormonas que estimulan el apetito, como la ghrelina. La ghrelina también es conocida como la hormona del hambre porque estimula nuestro apetito y promueve el almacenamiento de grasa. Es una hormona liberada principalmente por el estómago, pero también puede ser liberada en pequeñas cantidades por el cerebro, el páncreas y el intestino delgado.
Las evidencias
Un estudio realizado por investigadores de la Universidad de Australia Occidental descubrió que cuando un grupo de hombres con sobrepeso completaban 30 minutos de HIIT, tendían a consumir menos calorías después del entrenamiento que cuando completaban 30 minutos de ejercicio de intensidad moderada.
No obstante, la investigación es contradictoria, ya que algunos científicos sugieren que el HIIT no tiene un efecto independiente sobre el apetito en algunas personas, en especial en aquellas con sobrepeso. Lo que está claro es que el HIIT puede inducir efectos fisiológicos y metabólicos similares a los del ejercicio continuo de intensidad moderada, que requiere mucho más tiempo de dedicación. En resumen, una sesión de HIIT de 20 minutos podría dejarte tan hambriento como una carrera de una hora.
Resumamos:
El efecto exacto del HIIT en nuestro apetito aún no está claro, pero lo que sabemos con certeza es que una buena nutrición es clave para optimizar el rendimiento en el entrenamiento. No hace falta decirlo, pero seguir una dieta rica en hidratos de carbono, proteínas y grasas saludables es una forma segura de ponerte en el camino correcto para alcanzar tus objetivos de entrenamiento.