Recuerda una de esas conversaciones en el gimnasio o en el lugar de entrenamiento: alguien compartiendo sus ideas sobre los últimos descubrimiento en fitness, tendencias y consejos. Esto se conoce como la “brociencia”, donde la experiencia se transmite como si se tratara de conocimiento científico. La cuestión es, ¿hasta qué punto deberíamos prestar atención a estas conversaciones? ¿Están respaldadas por la ciencia? y, de no ser así, ¿siguen siendo una fuente de información fiable?
¿Qué es la "brociencia"?
Un “bro” es un término utilizado en inglés para designar a un compañero del gimnasio, del lugar de entrenamiento o de Internet. Un “bro” no es siempre un entrenador personal cualificado, pero generalmente tiene cierta experiencia en levantar pesas y en entrenar.
La “brociencia” es la información y los consejos de entrenamiento que un “bro” comparte con los demás, generalmente en un ambiente de entrenamiento. Esta información no está necesariamente respaldada por la ciencia, sino que se trata más bien de experiencias personales, suposiciones o de información transmitida por otra persona.
La razón por la que tanta gente considera la “brociencia” como una fuente de información fiable es porque, a menudo, la persona que comparte esta información tiene un físico de ensueño y parece haber alcanzado sus objetivos: “Parece que sabe lo que hace, entonces voy a seguir su ejemplo”. Es algo fácil, atractivo y a lo que no tenemos que dar demasiadas vueltas.
¿Qué dice la ciencia?
Cuando hablamos de la ciencia, está claro que necesitamos mencionar los activos centrales de la misma: investigación y estudios. Siempre que pueda haber una conexión casual, esta debe probarse. Y no, la experiencia no sirve como prueba.
En cambio, los estudios son fiables porque, normalmente, tienen en cuenta a muchas personas diferentes. ¿Por qué es esto importante? Piénsalo bien: los cuerpos de dos personas no son iguales. Su metabolismo, el sistema muscular, la estructura esquelética, etc., no funcionan igual que los de otras personas. Además, el hecho de que los estudios tarden a menudo años en completarse, indica cómo de detallada y de exhaustiva es la búsqueda para encontrar la verdad. Los resultados significativos y la información de confianza deben ser más que un hallazgo único, y además deben de ser repetibles. Por eso, en la ciencia se realizan estudios de forma continua. Lo que se descubre hoy podría cambiar en los próximos años o décadas. Por otro lado, también podría ser válido para siempre.
Entonces, ¿a quién debemos escuchar?
Existen dos tipos diferentes de personas: las personas que creen en los números y en las cifras, y las personas que confían en las sensaciones, auto-experimentos y en los consejos. De todas formas, te recomendamos que siempre realices tu propia investigación y que leas sobre ciertas tendencias antes de probar cualquier experimento desconocido que hayas escuchado a un “bro” en el gimnasio. El hecho de que funcione para otra persona, no significa que funcione necesariamente para ti.