La vida cambia todo el tiempo. ¿Has vivido alguna vez una subida de moral arrolladora? ¿Has sufrido un terrible bajón? ¿Te has visto en momentos donde te sientes indestructible, y otros donde te preguntas si algo de todo esto merece la pena? Enhorabuena, entonces significa que lo has conseguido. Así es la vida. Bienvenido a la lucha.
No es algo que puedas controlar. No sabemos lo que nos espera al otro lado de la calle. Y normalmente la vida tiene una manera curiosa de despistarnos, justo cuando pensamos que tenemos todo solucionado. Esa es la grandeza de la vida y es también lo que al final, nos define.
No se trata de la habilidad de controlar todo. Tampoco hay que rendirse cuando las cosas se complican. Se trata de jugar la mano que has apostado y ganarla.
Darlo todo para cambiar la mala suerte, las circunstancias precarias y aquel que fuiste, en algo que te motive y te guíe. Aceptar que tienes que lucharla, no pasa nada, porque al final los luchadores, son los que triunfan y los que se lo han ganado.
Así que no temas luchar y trabajar duro. No te dejes llevar. No más de “subirse a la ola” o “ir con la corriente”. A partir de ahora, tú diriges el cambio que quieres que suceda. Tú marcas tu destino. Acepta luchar. Un día aprenderás a quererlo.
¿Y si las cosas empeoran…? Es muy sencillo: te enfrentas al problema. Empieza ya, trabaja duro día a día y prepárate. La vida puede deparar muchas cosas, pero con la fuerza mental adecuada, estarás preparado para enfrentarte a ellas y conquistarlas.
Sin luchar al máximo no hay grandeza.
Bienvenido a la lucha. Ya verás como será un camino increíble.
#GrindtoGreat