Durante un largo tiempo, el cerebro ha sido considerado ser sólo un tejido, apenas afectado por la actividad física. ¡Sin embargo, los estudios sobre los efectos del ejercicio en las habilidades cognitivas han demostrado repetidamente que el ejercicio físico aumenta enormemente el desempeño de tu cerebro!
Por ejemplo, los estudios con resonancia magnética señalan que personas físicamente en forma pueden usar ciertas áreas del cerebro de manera mucho más efectiva que sujetos sin entrenar, quienes necesitan activar áreas adicionales para las mismas tareas – ¡e incluso se demoran más en procesar sus capacidades cognitivas habiéndolo hecho! Incluso hoy en día no es posible explicar este efecto con una causa concreta. Dependiendo del objeto de la investigación (e.g. memoria, pensamiento estratégico, organizacional, lógico o espacial, creatividad, concentración y atención, velocidad de reacción o vocabulario) los factores decisivos para influenciar el perfeccionamiento varían enormemente. Sin embargo, al final, todo se resume en el mismo resultado positivo: ¡El deporte te hace más inteligente!
Una mente sana vive en un cuerpo sano. El poeta romano Juvenal reconoció esta conexión incluso hace 2000 años – todo sin estudios medicinales y métodos de investigación modernos. Lo único que se puede saber con seguridad es que mejorar el poder cerebral a través de actividades deportivas es una interacción compleja de muchos factores diferentes. En lo que sigue, te presentamos 5 posibles factores.
Aumento del flujo sanguíneo
La razón más obvia para un aumento del poder cerebral es que el ejercicio regular no sólo asegura un mejor flujo sanguíneo a los músculos, sino a todos los órganos debido al fortalecimiento del corazón, circulación sanguínea y pulmones para mejorar su eficiencia. El cerebro sólo funciona mejor cuando se le provee más oxígeno y nutrientes vía la circulación sanguínea. Nos sentimos más alertas y enfocados – ¡en el largo plazo también! El ejercicio regular aumenta la actividad metabólica en el largo plazo y durante el descanso – ¡tu cerebro se beneficia de esto también! El efecto se hace incluso más significativo si provees a tu cuerpo y cerebro con oxígeno fresco, es decir si entrenas al aire libre.
Aumento del nivel de dopamina
Durante el entrenamiento el cerebro libera mucha dopamina, incluso después de apenas algunos minutos de entrenamiento. La dopamina es un neurotransmisor, el cual asegura que las células nerviosas puedan comunicarse entre sí. Es necesario durante el ejercicio, entre otras cosas, para coordinar movimientos con precisión. Mientras más complejo e intenso sea el ejercicio, más alto es la concentración de esta hormona. El efecto percibido es que estás más alerta y más enfocado. El ejercicio regular aumenta de forma permanente el nivel de dopamina en varias regiones del cerebro – incluso fuera de las mismas sesiones de entrenamiento. A largo plazo, serás más receptivo en cualquier situación.
El factor de crecimiento derivado del cerebro (BDNF)
Los músculos no sólo son un sistema músculo-esquelético que consume energía. De hecho, la musculatura misma es un órgano que produce sustancias. Una de esas es la proteína BDNF (factor neurotrófico derivado del cerebro, en inglés), el cual se necesita para formar neuronas nuevas y sinapsis en el cerebro. ¡El desempeño del cerebro literalmente aumenta con esta proteína! En personas físicamente activas, los niveles de BDNF en la sangre no sólo son más altos, en personas físicamente activas, los niveles de BDNF en la sangre aumentan, afectando positivamente el hipocampo el cual aumenta plásticamente. El hipocampo es usado activamente, inter alia, cuando estamos recordando o aprendiendo, y por lo tanto el interfaz de muchas actividades cerebrales.
Movimiento – una verdadera hazaña del cerebro
Además de los vasos sanguíneos que son responsables por el intercambio de transmisores entre el cerebro y los músculos, los nervios juegan un rol crucial en la interacción de patrones de movimiento, función muscular y desempeño mental. Distribuyen los estímulos eléctricos emitidos por el cerebro a los músculos y así dan la señal para la contracción.
Dependiendo de la intensidad y complejidad de un ejercicio, el cerebro logra un desempeño más o menos alto. Algunos movimientos como correr son muy complejos, pero casi automatizados. La corteza motora, la cual es responsable de la coordinación de movimientos se lleva gran parte del trabajo. Mientras más potente sea el movimiento, más alta es la frecuencia del pulso transmitido. Mientras más músculos necesitan ser movidos al mismo tiempo, es más lo que el cerebro debe coordinar. Inicialmente, la corteza motora necesita la asistencia de otras regiones cerebrales, para lo cual deben crearse primero nuevas conexiones. En algunos movimientos hasta 600 músculos son contraídos al mismo tiempo. ¡Estas secuencias de movimiento altamente complejas son una verdadera obra maestra de tu cabeza! Especialmente en el caso de movimientos rápidos, potentes y complejos, ¡los cuales son un verdadero desafío para nuestro cerebro! Pero el cerebro funciona como un músculo: ¡Necesita ser desafiado, para perfeccionarse!
Entrenamiento – Reiniciar el cerebro
A lo largo del tiempo, sin embargo, los movimientos inusuales son más fáciles y se hacen automáticamente. Sólo recuerda tus primeros burpees, a lo que tuviste que poner atención y cómo los estás haciendo ahora – más naturalmente y sin pensarlo demasiado. La razón es que la corteza motora aprende cómo trabajar más con cada repetición. Es responsable de asegurar que los movimientos simples se conviertan en patrones de movimientos complejos, mientras que la corteza prefrontal es responsable del pensamiento lógico, la organización y la planificación. Mientras más a menudo una secuencia de movimiento es realizada, menor es la carga de trabajo para el área prefrontal, por lo que puede relajarse en el entretanto. El efecto de esto es similar a reiniciar un computador: Si la actividad de la corteza prefrontal es temporalmente apagada, podemos concentrarnos mejor durante el movimiento y pensar más claramente después. Esto es especialmente relevante en fases de aprendizaje estresante o trabajo intensivo, ¡durante el cual a menudo es de extrema ayuda apagarse temporalmente y volver a empezar todo de nuevo!
¿Qué puedo hacer para explotar estos efectos aún más?
En el principio tuviste que enfocarte y concentrarte mentalmente durante el entrenamiento. Desde entonces, los ejercicios se convierten en una segunda naturaleza, permitiendo que algunas regiones del cerebro trabajen menos que cuando empezaste Freeletics. Esto es bueno, principalmente porque el cerebro necesita periodos tanto de descanso como de esfuerzo. No obstante, de vez en cuando expone tu cerebro a nuevos estímulos. Cambia tu entorno de entrenamiento cada cierto tiempo y entrena en otros lugares. Si normalmente entrenas solo, únete a un grupo. Si generalmente entrenas en la tarde, completa una sesión antes del desayuno. Freeletics debería seguir siendo desafiante y emocionante – para la mente también. A veces un cambio de lugar o tiempo puede hacer maravillas de verdad y empujarte a nuevos personal bests.